¿Tenemos de verdad autoridad bien ejercida en este país para evitar irrespeto a la ley, desorden y descontrol en perjuicio de entidades y ciudadanos dedicados al trabajo productivo y a la convivencia civilizada?
La pregunta podría parecer fuera de lugar y hasta necia, tomando en cuenta toda la estructura burocrática- administrativa y los diferentes cuerpos armados del estamento oficial con que cuenta el país.
Pero la interrogante es pertinente y merece una respuesta en el contexto de un hecho insólito y vergonzoso que cuestiona nuestra fortaleza institucional: durante 10 horas el acceso a los puertos a nivel nacional estuvo obstruido este lunes por camiones de Fenatrado y ninguna autoridad pudo impedirlo.
Y peor aún, para este martes los transportistas de carga anuncian que repetirán su desafío a toda noción de apego al ordenamiento legal, o sea que volverán a impedir el libre acceso a los puertos, como si éstos fueran de su particular propiedad y no un lugar de dominio público y bajo el supuesto control de organismos competentes.
¿Se aceptará finalmente este chantaje de Fenatrado de seguir en este desorden, a menos que liberen a un grupo de sus choferes?
¿Es que el país definitivamente no cuenta con medios para enfrentar los desmanes de este gremio que con su irracional actitud y ante el vacío de autoridad, viola la constitución y las leyes en cuanto a los derechos al libre tránsito y la libre contratación de servicios, como subrayó un dictamen del Tribunal Superior Administrativo que ha sido hasta ahora letra muerta?
¿Es que la autoridad que nos gastamos es temerosa, selectiva y solo coge piedras para los más chiquitos?