Así como el agua escasea y la llevan a los barrios en chorritos a determinadas horas y días, muchas veces sin aviso. Así mismo pasa también en la vida política, la diferencia es importante. En estos meses de Danilo, una vez a la semana, ha acostumbrado a la gente de los barrios, de los pueblos y de todas partes a donde va a soltar el chorrito.
Cuando Leonel… había una inauguración a cada rato en donde les pintaban las caras a las cosas que inauguraban, no se acercaba a la gente ni de broma, y siempre había que cargarle y limpiarle con alcohol especial el trono al príncipe. ¿Quién lo diría? del barrio de Villa Juana al oropel de su entorno.
En cambio Danilo ha seguido la política del chorro, donde quiera que se mueve no deja la esperanza solo en palabras, poco que mucho, deja sus chorros. No lo da todo pero deja una parte. Da lo que puede o lo que debe. Pero da.
Los días por venir nos dirán si estos chorritos se convertirán en caudales de ríos que abrirán muchas puertas para el hombre que necesita. Todas las semanas con un grupo reducidísimo de personas , tres o cuatro, usted lo ve dando 14, 30, 44 y 60 millones en todas partes para ayudar a desarrollar el cultivo, la infraestructura, provoca entusiasmo de donde visita.
Y esto el pueblo lo ve, a diferencia del que estaba pueden hablar con él. Parece que está aplicando muy bien lo que Lula le enseño.
Sencillamente Medina está dando un estilo de gobernar que nunca habíamos conocido en el país. Nadie lo había hecho, está implantando un estilo que de forma imposible el orgullo, el elitismo y la arrogancia del que ya no está podrían hacer. Y mientras esto sucede la fiscal del Distrito Nacional entrega a los demandados Leonel y Funglode lo que Guillermo Moreno de forma pública, valiente e indignada presenta como la demanda, a diferencia de la llamada al olvido que hacia el ya famoso Hotoniel Bonilla.
Dos formas distintas, dos caminos distintos no se encontraran con seguridad nunca.