Santo Domingo.-En la República Dominicana, casi la mitad de la población mayor de 15 años con una cuenta bancaria, específicamente un 49%, ya realiza pagos digitales, mientras que un 42% efectúa operaciones en línea.
Estos datos, proporcionados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), nos colocan en el tercer lugar de Centroamérica, superados solo por Costa Rica y Panamá.
A diferencia de nuestros vecinos Nicaragua, El Salvador y Honduras, el país muestra un avance significativo en la adopción de tecnologías financieras.
Contamos con uno de los primeros bancos completamente digitales de la región y diversas soluciones tecnológicas que están ganando aceptación entre los dominicanos.
Este progreso digital en nuestro sistema financiero va incluso más allá de nuestras políticas públicas.
Sin embargo, es crucial que el Estado no se quede atrás y tome un rol más activo en la regulación y promoción de la digitalización financiera.
Los beneficios de avanzar hacia una economía más digital son claros: mayor seguridad en las transacciones, reduciendo el riesgo de robo y fraude.
Operaciones más rápidas, convenientes, una mejora en la transparencia y el control de los flujos de dinero gracias a un mejor seguimiento y al registro de las transacciones.
El Banco Central ya reconoce la importancia de esta transformación y se mantiene a la vanguardia.
No obstante, se necesita un compromiso más firme y continuo del Estado para liderar esta transición hacia una inclusión financiera más amplia que no solo reduzca costos, sino que también contribuya a la formalización de nuestra economía.