Dos minutos: Gasolina al fuego

SANTO DOMINGO.- Es evidente que el pasado año desde el gobierno se hizo una prueba de estrés para ver qué tal caía la idea de una reforma tributaria.

Un documento con esquema impositivo que se convirtió en piedra de escándalo fue puesto a circular y el resultado fue un rechazo rotundo.

En la secuencia entró el presidente con una alocución descartando la aplicación de cambios en los tributos, una discusión que los empresarios pedían fue llevada al Consejo Económico y Social.

La intención de una reforma fiscal desapareció y tampoco fue llevada al CES, se quedó indefinida en el limbo.

Ahora estamos observando una cadena de medidas administrativas que tienen fines recaudatorios, en algunos casos, y de reducción de gastos tributarios en otros.

Captura de ingresos de fuentes como profesionales independientes, cambios en esquemas impositivos por ganancia de capital, ajustes y en aranceles y desmonte de subsidios para combustibles de generación.

A ojos vistas se trata de una suerte de paquete administrativo que estaría buscando elevar los ingresos tributarios sin hacer una reforma.

Advierto que eso es muy  peligroso, que pudiera generar colisiones legales, disturbios institucionales y fricciones con riesgo de poner en jaque la imagen del gobierno.

Esa discrecionalidad no conviene al presidente Luis Abinader, quien ha estado construyendo una narrativa de cambio, institucionalidad y transparencia.

A mi juicio, este movimiento basado en la astucia, en pasar las cosas por debajo de la mesa, podría terminar muy mal.

Recordemos que al final todos los costos serán trasladados a los consumidores y en un ambiente inflacionario sería echar gasolina al fuego.