SANTO DOMINGO.- Yo no sé si los políticos dominicanos saben que vivimos en la era digital, dominada por las redes neuronales artificiales y el aprendizaje de las máquinas.
La coherencia está hoy sometida a una gran prueba y se encuentra bajo el fuego cruzado de la memoria.
Y esa memoria está basada en la huella digital que todos dejamos cuando escribimos en redes sociales o cuando nos reseñan en las plataformas de noticias.
Los motores de búsqueda están a nuestra disposición para recordarnos todo lo que ha ocurrido en el pasado.
Los políticos tienen que entender que con todo lo que dicen y hacen crean una narrativa que podemos consultar hoy y mañana.
Por eso, el ejercicio de la oposición y las prácticas de gobernar deben procurar no sólo calidad, sino también coherencia.
Los errores cometidos hoy, las mentiras esparcidas, el engaño y la simulación dejan un registro de larga data.
Los nuevos votantes que cada vez se suman son nativos digitales capaces de examinar perfiles en segundo.
Solo bastan un par de click para detectar a los farsantes. Es muy difícil salirse con las suyas, salir ileso cuando se hacen fullerías para tratar de engañar a la opinión pública.
Los políticos que deseen seguir jugando a ser análogos que lo hagan, pero deben saber que hoy están más vigilados que nunca.