La Torre de Babel, pero a lo nuestro, a lo dominicano
República Dominica.– En la Biblia, la gente quiso construir una torre hasta el cielo, todos hablando el mismo idioma, pero la ambición los traicionó.
Dios confundió sus lenguas; el proyecto se vino abajo. ¿Les suena familiar? Aquí, en la República Dominicana, a veces parece que vivimos nuestra propia torre de Babel.
Los desencuentros políticos, las ansias de poder y ese "quítate tú pa ponerme yo" nos dividen como si habláramos idiomas distintos.
Cada grupo quiere su torre, su pedazo de gloria, sin importar si el país se queda a medias. Esta división no sólo nos fragmenta como sociedad, sino que frena la solución a males profundos:
Mientras peleamos por el micrófono, los problemas estructurales se quedan sin resolver, como una torre a medio construir. Necesitamos hablar el mismo idioma, no el de un partido o un líder, sino el del bienestar común. Escuchar, dialogar y trabajar juntos, con humildad.
Ese es el cemento que nos hace falta, porque si seguimos en esta Babel Dominicana, cada uno gritando lo suyo, nos dispersaremos más y los males de siempre seguirán ganando.
Menos torres personales, más puentes para todos, porque la República Dominicana no necesita más ruido, sino un coro que cante por el progreso de todos.