Nueva York.- La violencia por armas de fuego no se detiene en Nueva York, donde varios tiroteos este fin de semana dejaron al menos 2 muertos y 18 heridos, en sucesos en los que al menos uno de ellos, según la Policía, estuvo relacionado con pandillas.
Por un lado, dos hombres fueron asesinados, uno en el Bronx y otro en Manhattan, y otras ocho personas resultaron heridas en incidentes separados en la madrugada de este domingo. Según fuentes policiales citadas por el New York Post, de los 8 heridos, 3 fueron por balas perdidas cundo dos grupos comenzaron a dispararse entre sí después de una disputa en el Alto Manhattan.
De otra parte, según muestra un video distribuido por las autoridades, dos individuos, que usaban mascarilla y sudaderas con capucha, llegaron desde una esquina de una calle en el vecindario de Corona, en Queens, sacaron las armas que llevaban ocultas bajo su ropa y comenzaron a disparar a eso de las 22.30 hora local del sábado (02.30 GMT) contra un grupo de personas, dejando 10 heridos.
Había una fiesta de cumpleaños en un restaurante cercano y la acera estaba abarrotada cuando se produjo el tiroteo, que dejó ocho hombres heridos y dos mujeres, entre los 19 y 72 años de edad, de acuerdo con datos que ofreció este domingo la Policía durante una conferencia de prensa. Tres de los heridos eran el blanco de los disparos, según el canal 7 de la cadena ABC.
Los hombres eran seguidos en la acera por otros dos que iban en motocicletas, en las que escaparon del lugar. De acuerdo con la Policía, los heridos sobrevivirán. «Solo hay un tema en común, recurrente que sigue sucediendo y tiene que detenerse en toda la ciudad. Eso son armas, múltiples armas en la escena. Esto es inaceptable en nuestras calles en la ciudad de Nueva York y tiene que terminar «, dijo el jefe de detectives de la Policía, James Essig, en la conferencia.
La Policía, que cerró varias calles en la zona por la investigación, ha pedido ayuda del público para localizar a los que atacantes. El pasado 7 de julio, el gobernador Andrew Cuomo decretó un estado de emergencia en Nueva York, el primer estado en la nación, por la violencia con armas de fuego. El estado aprobó además dos legislaciones que limitan su venta y responsabilizan a sus fabricantes de las consecuencias de actos cometidos con ellas en un intento por reducir los tiroteos.
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