Dos presos muertos en una rebelión en una cárcel del sur de Brasil

Brasil vive desde que comenzó el año inmerso en la enésima crisis de su sistema carcelario con repetidas matanzas entre presos.

SAO PAULO.-Dos presos fueron asesinados hoy por otros internos durante una rebelión en la Penitenciaria Estatal de Sarandi, municipio del estado de Río Grande do Sul, al sur de Brasil, la cual ya fue controlada por las autoridades, informaron hoy fuentes oficiales.

El incidente se produjo a las 08.00 hora local (10.00 GMT) cuando varios reclusos neutralizaron al guardia de mantenimiento y le robaron las llaves para salir de las celdas, señaló un comunicado de la Superintendencia de Servicios Penitenciarios de Río Grande do Sul.

Acto seguido, el grupo se dirigió a un pabellón en el que se encontraban reos supuestamente enemigos de los primeros y ejecutó a dos de ellos, según las investigaciones preliminares, que descartan que se trate de una reyerta entre miembros de facciones como las ocurridas en enero en otras regiones de Brasil.

Posteriormente, otros internos prendieron fuego a varios colchones en los pasillos de la unidad, lo que obligó a los funcionarios penitenciarios a trasladar al patio a todos los reclusos.

Allí, algunos reos tomaron como rehenes a tres de sus compañeros por temor a que entraran las fuerzas especiales penitenciarias y la brigada de élite de la Policía Militar y tomaran represalias contra los amotinados.

Las autoridades iniciaron entonces una negociación y al poco tiempo la situación fue controlada de nuevo, agregó la información.

El centro penitenciario de Sarandi sufre, en la línea de otras cárceles de Brasil, hacinamiento en el interior de sus instalaciones, pues alberga a 157 presos, cuando solo tiene 69 plazas, según datos oficiales del Gobierno regional.

Brasil vive desde que comenzó el año inmerso en la enésima crisis de su sistema carcelario con repetidas matanzas entre presos de distintas facciones criminales en prisiones de los estados de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte, cuyo balance supera los 130 muertos.

El hacinamiento y las pésimas condiciones de los presidios es uno de los mayores problemas del sistema carcelario brasileño, que alberga a unos 622.000 reos, 67,3 % por encima de su capacidad.