GINEBRA.- La desaceleración que sufrirán este año y el próximo las economías de Latinoamérica será la más grave entre las regiones de países en desarrollo, según un análisis efectuado por expertos de la ONU sobre la situación de la economía mundial.
«En Latinoamérica y el Caribe, muchos países están soportando una presión más y más fuerte en sus posiciones de deuda externa y el aumento del coste de la vida es un problema que se agrava«, dijo hoy la jefa de la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan.
Este organismo presentó uno de los documentos más completos producidos hasta el momento sobre los factores que se han superpuesto en los últimos años –pandemia, perturbaciones en las cadenas de suministro, guerra en Ucrania e inflación- para crear las condiciones para una profunda recesión.
De todas las regiones, la economía latinoamericana experimentará una de las caídas más pronunciadas y crecerá solo un 2,6 % este año, frente al 6,6 % de 2021 (recuperación luego del fondo que tocó en 2020 por la pandemia), aunque la situación será aún peor en 2023, cuando el crecimiento será de tan solo 1,1 %, según estas proyecciones.
El panorama latinoamericano seguirá el patrón que determinarán sus tres mayores economías. Las peores previsiones son para México y Brasil, que tendrán un crecimiento calculado en 1,8 % em en cada caso este año, aunque las perspectivas son aún más negativas para este último en 2023 (0,6 %).
Argentina, la tercera gran economía de la región, crecerá más, un 4,1 % en 2022, aunque en los tres casos el crecimiento será menos de la mitad de lo que fue en 2021.
En Centroamérica y el Caribe, el crecimiento caerá al 4, 1 % este año frente al 7,8 % del ejercicio 2021, mientras que en Sudamérica (excluyendo Brasil y Argentina) la ralentización económica será más aguda: 3,1 % frente a 9,1 %.
La carga de la deuda externa es uno de los factores que más preocupa a la UNCTAD en relación con el futuro inmediato de Latinoamérica, con países (especialmente en el Caribe) que están al borde de una situación impago, mientras que otros países están pagando una prima de riesgo muy elevada.
La conclusión de los economistas del organismo es que endurecer más la política monetaria en Latinoamérica puede ayudar a moderar la inflación y la volatilidad de las monedas frente al dólar, pero al mismo tiempo puede deprimir todavía más la demanda interna, conducir a la recesión y a estallidos sociales.
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