Redacción internacional.- El aumento de los casos de sífilis en los Estados Unidos alcanzó niveles no vistos desde los años 50, con más de 207,000 infecciones reportadas en 2022, revelaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Este repunte se observa a pesar de que otras infecciones de transmisión sexual (ITS), como la gonorrea, han mostrado una disminución en el mismo periodo.
A diferencia de la sífilis, que experimentó un incremento del 9% en comparación con el año anterior, los casos de gonorrea disminuyeron un 8.7%, según información divulgada por CBS News.
La epidemia de sífilis ha ido creciendo año tras año desde 2011, siendo especialmente preocupante el aumento del 19.5 % en las mujeres en 2022, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de los 59.016 casos nacionales.
Los hombres que tienen sexo con hombres siguen representando una gran parte de los afectados. Sin embargo, la propagación de esta enfermedad entre las parejas heterosexuales se ha venido incrementando, lo que implica un desafío adicional en los esfuerzos de prevención y tratamiento.
Una de las consecuencias más graves de la epidemia es el aumento de los casos de sífilis congénita, donde la bacteria se transmite de una madre infectada a su bebé durante el embarazo. En 2022, se reportaron más de 102 casos por cada 100.000 nacimientos en los Estados Unidos, una situación mucho más crítica que en otros países desarrollados.
Esta forma de la enfermedad puede resultar potencialmente mortal para los recién nacidos, una realidad que pone de manifiesto la necesidad urgente de mejorar la detección y el tratamiento oportuno.
“No podemos seguir utilizando estrategias de prevención decenales para hacer frente a la epidemia actual de ITS. La gente necesita pruebas y tratamientos que lleguen hasta ellos” declaró a CNN la doctora Laura Bachmann, la directora interina de la División de Prevención de ETS de los CDC. Esta declaración resalta la necesidad de adoptar enfoques innovadores y accesibles para combatir las ITS, especialmente en las comunidades más afectadas.
La lucha contra estas enfermedades se enfrenta a obstáculos significativos, incluidos los cortes de financiamiento y la escasez de Bicilina L-A, el único tratamiento recomendado para las madres embarazadas y sus bebés contra la sífilis congénita.
Los departamentos de salud han informado dificultades para acceder a este medicamento durante la escasez, lo que complica aún más los esfuerzos de prevención y tratamiento. En respuesta a esta crisis, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó importaciones temporales de una versión del medicamento desde Europa.
Además, los trabajadores de la salud pública financiados por el gobierno federal, encargados de ayudar a frenar las ITS, están siendo despedidos, una medida que se produjo tras un acuerdo con el Congreso el año pasado.
Time señaló que este panorama desalentador exige respuestas urgentes y coordinadas a todos los niveles de gobierno, como el establecimiento de una fuerza de tarea por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos para abordar el resurgimiento de la sífilis.
“Sabemos que es posible revertir esta epidemia; la sífilis estaba cerca de la eliminación en los años 90,” afirmó Dr. Jonathan Mermin, director del Centro Nacional para la Prevención del VIH, Hepatitis Viral, ETS y TB de los CDC.
El aumento de las ITS en Estados Unidos es un llamado a la acción para fortalecer los sistemas de salud pública y adaptar las tácticas de prevención a las necesidades específicas de las comunidades afectadas, desde mejorar el diagnóstico hasta abordar los factores subyacentes, como el abuso de sustancias, que facilitan la propagación de estas enfermedades.
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