Washington.- Estados Unidos llamó este jueves a un cese inmediato de los combates en El Fasher, al norte de Darfur en Sudán, ante informes de un ataque «inminente» y a gran escala de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
El secretario de Estado, Antony Blinken, indicó en un comunicado que ese ataque «expondría a los civiles, incluidos cientos de miles de personas desplazadas, a un peligro extremo».
El martes pasado, el presidente del Consejo de Soberanía de Sudán y comandante del ejército, Abdel Fattah al Burhan, afirmó que si las FAR rechazan la paz durante las negociaciones en curso en Yeda, Arabia Saudita, no quedará «más opción que una solución militar».
El Ejército y las FAR, en guerra abierta desde el 15 de abril en Jartum y otras regiones del oeste de Sudán, habían reanudado la semana pasada en Yeda las conversaciones de paz patrocinadas por Arabia Saudí y Estados Unidos.
«Estados Unidos llama a las partes en conflicto a un cese inmediato de los ataques en y alrededor de El Fasher en cumplimiento de sus obligaciones bajo la ley humanitaria internacional en relación con los civiles», indicó el funcionario en un comunicado.
Según Blinken «hay informes válidos» que indican que las Fuerzas de Apoyo Rápido y las Fuerzas Armadas Sudanesas no han tomado las medidas necesarias para prevenir las bajas de civiles en barrios residenciales de El Fasher.
«El incremento de los combates en El Fasher sigue a ofensivas recientes de las RFS en Nyala, Zalengei y otras partes de Darfur», agregó el comunicado de Blinken.
«Condenamos los abusos que se han atribuido a las RFS y fuerzas aliadas en relación con su ataque en Nyala, incluidas las muertes de civiles, los arrestos arbitrarios, la detención de personal médico y el saqueo de instalaciones sanitarias», continuó el secretario de eEstado.
Según Blinken «no hay una resolución militar aceptable para este conflicto y la atención debe enfocarse en la protección de los civiles, la provisión de ayuda humanitaria, y la negociación para poner fin al conflicto».
La guerra en Sudán estalló después de que las FAR se rebelaran contra el Ejército por desacuerdos sobre la integración de los paramilitares dentro de las Fuerzas Armadas, y en medio de un proceso de transición tras un golpe de Estado urdido por los militares en 2021.
Hasta el momento, la violencia ha causado la muerte de cerca de 9.000 personas y el desplazamiento interno y externo de casi seis millones de personas, mientras que otros 25 millones de sudaneses están en necesidad apremiante de ayuda humanitaria, según las Naciones Unidas.
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