WASHINGTON, Estados Unidos.– El secretario de Estado adjunto para narcóticos y seguridad de EE.UU., William Brownfield, señaló hoy que la Iniciativa Mérida está en un proceso de «transición» y que, para desplegarla, es necesario ejercitar la «paciencia estratégica».
En una comparecencia ante los subcomités del Hemisferio Occidental y de Supervisión, Investigaciones y Gestión de la Cámara de Representantes de EE.UU., Brownfield recordó los «avances concretos» del plan de seguridad regional desde su inicio en 2008.
«Soy optimista y creo que ya hemos hecho progresos importantes bajo esta iniciativa. Pero a nuestros dos países les ha llevado mucho tiempo entrar en esta situación y nos va a llevar aún algunos años salir de ella», advirtió.
El alto funcionario indicó que la segunda fase del plan regional, acordada en marzo durante una visita a México de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se concreta en que «si hasta ahora nos dedicábamos a entregar equipos y bienes, ahora nos centramos más en proporcionar formación especializada».
Una vez fortalecidas las estructuras federales de ambos países, el objetivo de Washington es «concentrarse en las instituciones estatales y municipales», un enfoque que comienza «en el norte de México, donde la violencia es mayor y donde tenemos intereses compartidos de seguridad».
Brownfield concretó que ese enfoque más local debe materializarse en la mejor participación de los policías estatales y locales de México, para «golpear en el corazón de las operaciones de los carteles» del narcotráfico.
La Iniciativa Mérida «no se grabó en piedra», sino que es «una estrategia viviente, que se modifica, se ajusta y se corrige según cambian las circunstancias sobre el terreno y se aprenden lecciones», subrayó el secretario de Estado adjunto.
Sin embargo, según un informe entregado en julio al Congreso por la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO, por su sigla en inglés), el Departamento de Estado carece de mecanismos concretos para medir los avances a corto y largo plazo de la Iniciativa Mérida.
Desde 2008, Estados Unidos ha desembolsado más de 1.600 millones de dólares para combatir el narcotráfico y el crimen organizado en México, Centroamérica, Haití y la República Dominicana bajo la iniciativa.
Brownfield recordó, además, que el plan ha permitido la formación de más de 52.000 policías y empleados del sistema de justicia en México, y mejorado el sistema de intercambio de información, algo que ha llevado a la captura de más de 33 capos.
Asimismo, añadió, la Iniciativa Mérida ha aportado a México 14 helicópteros, cientos de equipos de inspección no intrusiva y más de 100 equipos caninos.
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