Washington.- El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, anunció este martes la restricción de visados de su país para talibanes y extalibanes que puedan estar implicados en la represión de mujeres y niñas, lo que incluye la falta de acceso a la educación.
Blinken indicó en un comunicado que también se aplicarán esas restricciones a los familiares directos de los talibanes designados por el Gobierno de EE.UU.
El Departamento de Estado no precisó a cuántas personas afecta esta medida ni dio más detalles al respecto.
«Pese a las garantías públicas de que respetarían los derechos humanos de todos los afganos, los talibanes han emitido y aplicado una serie de políticas o edictos que prohíben que mujeres y niñas participen plenamente de forma efectiva en la vida pública», dijo el titular de Exteriores estadounidense.
En ese contexto, aseguró que Afganistán es el único país del mundo donde las estudiantes mayores de sexto grado (mayores de 11 años) no pueden ir a la escuela ni tienen perspectivas de hacerlo a corto plazo.
«Instamos a otros Gobiernos a que se unan a nosotros a la hora de adoptar acciones similares para subrayar el mensaje colectivo de que solo un Ejecutivo que represente a toda la gente y que proteja y promueva los derechos humanos de todos los individuos en Afganistán puede ser considerado legítimo», urgió.
Según responsables del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), la prohibición a niñas y mujeres de Afganistán de asistir a las escuelas a partir del ciclo secundario no se está aplicando de forma lineal en todo el país.
Los fundamentalistas han reabierto todos los colegios, exceptuando los femeninos de secundaria, tras el cierre de todas las escuelas por la inestabilidad relacionada con su llegada al poder hace algo más de un año.
A su juicio, necesitaban establecer un sistema de acuerdo con la sharía y las costumbres y cultura afgana.
La caída de Kabul en manos de los talibanes en agosto de 2021 supuso un retroceso en materia de derechos humanos para las mujeres en Afganistán, como la prohibición a las adolescentes de asistir a las escuelas, la segregación por sexos en lugares públicos, el veto a viajar sin velo o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.
Pese a que prometieron que habían cambiado, los talibanes han repetido el comportamiento de su anterior régimen entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.