EEUU contra Venezuela Bolivariana por la recolonización de nuestra América

Siempre he dicho que en la vida cotidiana y en las luchas políticas, sociales y culturales no hay manera de evitar el impacto de hechos que producen alegría y otros que generan tristeza; y que siempre es necesario hacer todo lo posible para que la alegría venza la tristeza en un esfuerzo constante y ascendente.

Siempre he dicho que en la vida cotidiana y en las luchas políticas, sociales y culturales no hay manera de evitar el impacto de hechos que producen alegría y otros que generan tristeza; y que siempre es necesario hacer todo lo posible para que la alegría venza la tristeza en un esfuerzo constante y ascendente.

Un impactante momento de tristeza y vergüenza ajena impactó mis convicciones revolucionarias cuando rebosante de alegría, en medio de groseros incumplimientos, desigualdades, trampas, distorsiones…el presidente colombiano Juan Manuel Santos –el mismo de los “falsos positivos”, “paracos” impunes, fosas comunes, bases gringas y OTAN- anunció que las FARC-EP entregaron dócilmente el total de sus armas, calculadas por la ONU en unas 7,000.

Mientras…

-El narco-paramilitarismo dominante y genocida permanece armado,  impune y expandiéndose en Colombia, Venezuela y Ecuador con la protección del Estado colombiano, la CIA y el MOSSAP.

-Las siete bases militares y toda la maquinaria de guerra del Pentágono permanecen intactas.

-Las hipertrofiadas Fuerzas Armadas Regulares, responsables de los “falsos positivos” y de numerosas masacres de población civil  siguen siendo un componente clave del Estado terrorista-guerrerista que se ha conformado en ese país en la últimas décadas.

-A 2600 presos/as colombianos se le niega la libertad convenida, Simón Trinidad permanece en las cárceles del imperio y la gente de TRUMP insiste en extraditar a otros comandantes de FARC-EP.

-Continúan los asesinados de líderes sociales.

-El genocidio social del neoliberalismo al servicio del capital transnacional y de la gran burguesía financiera e intermediaria, el latifundio cruel y los ecocidios sistematizados continúan campantes como Juancito el Caminador, sustentados por mafias políticas y empresariales.

-Los programas de desestabilización y aplastamiento a cargo del imperialismo estadounidense y de sus derechas a escala continental y mundial contra la más mínima señal de independencia y reformas sociales (que incluye todo tipo de sabotaje, violencias, conspiraciones, acciones fascistoides, unidades y acciones paramilitares, agresiones e intervenciones militares de baja, mediana y alta intensidad…), han sido reforzados e intensificados después de ejecutados los golpes institucionales que catapultaron las mafias empresariales y políticas de Macri y de Temer a los gobiernos de Argentina y Brasil; países donde, independiente de todas de todas las limitaciones y deformaciones que acompañaron sus respectivos progresismos, predominaba una línea de independencia y autodeterminación política.

Esto se corresponde con lo ejecutado por EEUU y la OTAN en Irak, Afganistán, Ucrania, Palestina, Libia, Siria –apuntando contra Irán, Corea del Norte y otros blancos de ataques inmediatos.

En todos estos casos -acompañados de una previa y sistemática y brutal guerra económica y mediática que incluye la fabricación de mentiras colosales, medias verdades, ocultamientos y tergiversaciones difundidas por una poderosa maquinaria de alienación- se evidencia el programa imperialista de control de fuentes energéticas, minerales estratégicos, biodiversidad y agua.

Recuerdo ahora algo que me comentó un camarada sobre las palabras expresadas por un alto dirigente del proceso bolivariano cuando se firmó en forma  sorpresiva e imprevista el ACUERDO DE PAZ de la Habana consignando el desarme inmediato y unilateral de las FARC-EP, sin mediar la previa ejecución de las líneas de acción acordadas y renunciando previamente a la Constituyente.

Exhibiendo un rostro de inmensa preocupación, el referido dirigente venezolano exclamó entonces: “esa paz inconsistente en Colombia significa la guerra imperialista-derechista en grande contra la Venezuela Bolivariana”.

Y es que las FARC-EP -como he dicho tantas veces- además de su rol de contrapoder insurgente del Estado terrorista-guerrerista tutelado e intervenido por EEUU, jugaba un papel disuasivo de la intervención abierta del Pentágono y su Comando Sur en Venezuela y en todo el Norte de Suramérica.

Esto así por su condición (junto al ELN) de potente ejército irregular capaz de empantanar las agresiones imperialistas y contribuir a potenciar la necesaria resistencia popular venezolana y de otros pueblos víctimas de la revocación de los gobiernos independientes y reformadores y víctimas de la voracidad estadounidense en materia de sus ricos patrimonios naturales.

Los hechos van confirmando esa predicción: las derechas venezolanas, y muy especialmente su componente fascistoide, se ha envalentonado y han arreciado la ejecución de una estrategia que implica subir el grado de violencia y conspiración militar y paramilitar junto a la guerra económica, la manipulación en baja de los precios del petróleo y  la guerra mediática; mientras una amplia pequeña burguesía conservadora, social-pendeja por demás, abusa de la libertad de manifestación y le sirve de mampara a las células encargadas de salpicar de sangre la situación y nutrir la cruzada mentirosa de los “massmedia”

En esa dirección están aprovechándose de lo acontecido en Colombia y también de que el gobierno de Maduro tardó demasiado en aplicar el GOLPE DE TIMÓN recomendado por Chávez, que implicaría una recia determinación en dirección a superar las deformaciones burocráticas y  la corrupción estatal heredada del pasado y reeditada parcialmente, así como a garantizar la socialización de los grandes capitales privados y el reemplazo del actual Estado por el poder popular comunitario.

La multi-guerra desatada se ha tornado mucho más feroz y tiende a potenciarse en la era Trump dentro del marco de los acuerdos bipartistas estadounidenses en materia de política exterior. La reacción de esa nueva Administración frente al acuerdo con Cuba es una señal muy precisa.

La “guarimbas violentas” o terrorismo de calle subió de temperatura provocando contantes muertes, incendios, agresiones a la propiedad pública e instituciones del Estado. La conspiración militar reaccionaria se torna febril.

Las garras imperialistas y las truculencias de las derechas han sido expuestas a la luz del sol y esto ha potenciado de nuevo el patriotismo y la determinación de combate a nivel del chavismo popular revolucionario, que conserva más poder de movilización y más unidad que las derechas a nivel de fuerzas armadas regulares y de pueblo combativo.

Esto se ha expresado también en la propuesta de una nueva Constituyente, que divide a las derechas y une al pueblo de a pie; y, además, en el fortalecimiento del respaldo militar al proceso bolivariano, manifiesto en la disposición combativa en el contexto de una sociedad en la que el pueblo chavista cuenta con milicias y armas, y en un reciente y eficaz contra-ataque a las unidades paramilitares de corte terrorista.

El hueso no es tan fácil de roer como lo presenta la propaganda alienante.

Esta realidad es ocultada en los discursos canalizados a través de lo que le dicen al mundo, en forma repetitiva y en volúmenes apabullantes, las bocinas imperiales y sus reproductoras subalternas, a las que se agregan sectores confundidos o desinformados.

Pero no se queda ahí el libreto que comienza por silenciar que el tema crucial es el choque antagónico entre coloniaje post-moderno y la soberanía esencial de pueblos, naciones y continentes; porque jamás podrá construirse democracia real y bienestar social en territorios y sociedades humanas sometidas a la férula imperialista-capitalista.

En el marco de una intensa cruzada de mentiras la falsa democracia, que el poder imperialista se encarga de clasificar y condecorar, reemplaza virtualmente a la democracia como poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Así resulta que los Bush, Clinton, Obama y Trumps son la quinta esencia de la democracia y la paz; sin importar como depredan, saquean, destruyen, asesinan y aplastan pueblos con sus ejércitos (propios y mercenarios) y sus bombas financieras y ambientales.

Hilary es una especie de Madre Teresa de Washington.

Fidel, Raúl y Chávez son los “luciferes” del infierno, mientras Reagan y Kissinger aparecen como bondadosos angelitos celestiales.

Los Macri, Temer, Uribe, Santos, Peña Nieto, Piñeira, Leonel, Danilo… son la misma encarnación de las libertades; mientras Cristina, Maduro, Evo, Correa son dictadores terribles a los que hay que derrocar cuanto antes mejor.

En dominicana impera una democracia respetable, aunque el Comité Político del partido gobernante y el presidente de turno controlen y manipulen todas las instituciones del Estado convertidas en dictadura constitucional corrupta y corruptora, la más hermética del Continente.

Otros ejemplos señeros de regímenes democráticos “made in usa”, donde priman las “elecciones libres” y el “respeto a la vida y a los derechos ciudadanos”, son los engendros existentes en Honduras, Paraguay y Haití.

En contraste, Venezuela, un país con uno de los sistemas electorales más democráticos del mundo…

…donde las elecciones abundan y la mayoría de los medios de comunicación son privados y responden a la derecha y a la extrema derecha fascista…

…donde esos medios y ahora la Asamblea Nacional son usados para tumbar el gobierno central…

… donde las movilizaciones callejeras se tornan incendiarias…

… donde existen fuerzas armadas con cultura democrática…

… donde los muertos son mayoritariamente chavistas y personas del pueblo sin compromiso político…

… donde el paramilitarismo colombiano opera con descaro…

El gobierno actual es profusamente y falsamente acusado por las agencias estadounidenses y las grandes redes internacionales de desinformación de ejercer una actitud despótica y criminal.

La derecha golpista y terrorista venezolana es exonerada de culpas y sus dirigentes, presos por actividades sediciosas, o sueltos ejerciéndola con descaro, son proyectados/as mundialmente como héroes y heroínas de la democracia.

La corrupción oficial, que ciertamente existe, es la única visible para los grandes medios, agencias y bocinas… hasta el colmo de empecinarse en pretender que olvidemos el antro de corrupción que fue Venezuela bajo el mando centenario de esas derechas políticas, tan perversas y entreguistas como las reaccionarias cúpulas empresariales (FEDECAMARA) y eclesiales; convertidas hoy en punta de lanza interna de la desestabilización del proyecto bolivariano, acompañada reiteradamente del vergonzoso pedido de intervención imperialista y recolonización

Esa oposición política y empresarial venezolana, como la argentina y brasileña, como la golpista hondureña y paraguaya, es despótica, mafiosa y neoliberal hasta el tuétano… y en los peores grados.

Sus padrinos y madrinas son los Estados imperialistas y sus corporaciones transnacionales, el Pentágono, la OTAN  y la CÍA.

Su intensa cruzada de mentiras ha calado más que nunca antes fuera de las fronteras venezolanas y en el caso dominicano está dominando casi todos los mecanismos de comunicación, incluso no pocos de orientación democrática y progresistas que se han dejado cautivar o confundir por las mentiras; lo que resulta sumamente deprimente, sobre todo porque ha logrado disipar temporalmente el gran respaldo que concitó el comandante Chávez en el seno de nuestro pueblo.

Claro que no fue obra del azar la muerte de Chávez, ni la baja del petróleo, ni los ímpetus contrarrevolucionarios que le sucedieron en medio de una conducción más débil y menos experimentada.

Al decir esto no estoy exonerando de errores significativos a las fuerzas que a nivel de Estado y gobierno hegemonizan en la actualidad el proyecto bolivariano chavista.

Además de tardar en superar el modelo fundamental rentista petrolero y la dependencia de la importaciones, si un error grave han cometido los gobernantes venezolanos -acompañado de otros errores degradantes de las metas socialistas y la ética revolucionaria del chavismo original- ha sido no haber confiscado los poderosos resortes económicos del gran capital privado basado en el parasitismo financiero, la especulación y la intermediación comercial.

Iniciativas de esa envergadura hubieran liquidado la base social y económica de las derechas electorales sediciosas; posibilitando avanzar mucho más en las políticas de bienestar social y en la socialización de la economía y el poder perfilada en el sistema de comunas.

Hicieron mucho daño las concesiones al gran capital privado, el burocratismo y los privilegios burocráticos, el despilfarro de recursos a través de la rehabilitación de la fórmula partido de Estado y sus prácticas clientelistas, y la sustitución del ideario revolucionario por concepciones socialdemócratas de escasa profundidad, acompañada de muchos zigzagueos e inconsitencias.

Pero nada de esto justifica colocarse del lado de la contra-reforma y la contra-revolución imperialista-derechista disfrazada de libertaria; aun sea a nombre de todo lo que se le pueda criticar con justicia al Gobierno de Maduro y a sectores del chavismo moderado, reformista, social-democratizante…

Ningún revolucionario de verdad, ni siquiera un simple progresista o demócrata defensor de la soberanía de nuestras naciones y pueblos, debe coincidir con Trump, con la Mesa Opositora venezolana, con la derecha y la ultraderecha venezolana y continental.

En situaciones así la profundización de las reformas avanzadas que se estacan o declinan, el paso a las transformaciones radicalmente revolucionarias, solo es alcanzable desde el campo de combate contra la fuerzas retardatarias que procuran anular la autodeterminación conquistada y desmontar todas los logros sociales y políticos alcanzados; que por demás –aun mediatizados o degradados en parte- no son pocos ni tampoco invisibles, por más que la reacción se empeñe en ocultarlos, menos aun despreciables. Y la soberanía alcanzada, que está siendo embestida, es el punto de partida de todo lo demás.

Soy  de los que creo que el chavismo revolucionario,  anticapitalista y socialista de verdad, el pueblo trabajador y sus diversas corrientes revolucionarias, tienen fuerza social, cultural militar y política suficientes para dar esa pelea crucial con perspectivas de victoria; venciendo de paso las vacilaciones e inconsecuencias de los sectores timoratos al interior del proceso bolivariano.

Creo además que cualquier viraje a la derecha en Venezuela, vía un golpe desestabilizador de nuevo cuño, crearía una situación de ingobernabilidad con tendencia a la guerra civil, a la confrontación violenta contra cualquier modalidad de agresión y/o intervención militar estadounidense,  o al contragolpe fulminante de pueblo si esta tarda en producirse.

Esa es la tendencia continental, tal y como podemos observar las situaciones que se van creando en Argentina, Brasil y Paraguay.

Una invasión militar imperialista en Venezuela volcaría en mayor grado al Continente y sus pueblos contra EEUU, que por demás está afectado por una profunda crisis de decadencia como imperio, acompañada de significativas contradicciones al interior de su clase dominante-gobernante y de la evidente declinación de su hegemonía global. La intención de golpear a Venezuela (como eslabón clave) para debilitar a Cuba, marcharle a Bolivia, Ecuador y otros, podría revertírsele.

En todas partes donde arrecie la contraofensiva reaccionaria la clave está en procurar vencer la tendencia a no resistir y a caer en las redes del sistema, de la que no han estado exentos ni siquiera sectores los que penosamente lograron imponer el giro colaboracionista de la dirección de las FARC-EP con el Gobierno de Santos y el orden sistémico colombiano.

Pero todo esto puede revertirse si se persiste en construir vanguardias de nuevo tipo y fuerzas transformadoras biencalibradas, sobretodo porque el podrido orden capitalista no tiene nada que ofrecerles a los pueblos, a las fuerzas del trabajo y la cultura emancipadora; nada que no sean penurias, destrucción de los seres humano y del planeta; es decir, expansión del capital a costa de la vida.

Atizada por los nuevos zarpazos de EEUU, una ola más radical que la moderada ola progresista que declina se está gestando en Nuestra América, lo que ayuda, si militamos en ella, a vencer los motivos de tristeza y abrirle cauce a la alegría ¡Que así sea!