WASHINGTON.- El Gobierno de EE.UU. negó este lunes estar detrás de las inéditas protestas antigubernamentales en Cuba, como afirman las autoridades de la isla, y pidió que se evite la violencia contra los manifestantes, que recibieron el respaldo de todos los actores políticos del país norteamericano.
El asunto recibió tal atención en Washington que el presidente estadounidense, Joe Biden, tuvo que reaccionar dos veces: primero con un comunicado a primera hora en el que afirmó que las manifestaciones son «una llamada a la libertad» tras «décadas de la represión y el sufrimiento económico» por parte del «régimen autoritario de Cuba».
Y luego con declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, que fueron más firmes y en las que se dirigió directamente al Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
«El pueblo cubano está exigiendo su libertad a un régimen autoritario. No creo que hayamos visto nada similar a estas protestas en mucho, mucho tiempo, o quizá jamás, francamente», manifestó el mandatario estadounidense.
Biden añadió que su Gobierno está «firmemente del lado del pueblo de Cuba en su reivindicación de sus derechos universales».
«Y pedimos al Gobierno de Cuba que evite la violencia en su intento de silenciar las voces del pueblo de Cuba», recalcó.
¿Cambios en la política hacia Cuba?
Preguntado sobre cuándo estará dispuesto a cambiar la política hacia Cuba de su predecesor, Donald Trump (2017-2021), Biden evitó responder directamente.
«Tendremos más que decir sobre Cuba y Haití a medida que avance esta semana. Estén atentos», se limitó a decir.
Poco antes, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que de momento no tenía ningún cambio de política hacia Cuba que anunciar, pero aseguró que las protestas han provocado que la Casa Blanca evalúe «cómo puede ayudar directamente al pueblo» cubano.
En abril, Psaki aseguró que cambiar la política hacia Cuba no era una prioridad para Biden, a pesar de que su predecesor, Donald Trump, impulsó numerosas medidas para dar marcha atrás al «deshielo» con la isla y que golpearon duramente la economía cubana.
El Gobierno de Biden demostró hace apenas tres semanas que no tenía especial interés en revocar la política de Trump, al votar en contra de la resolución anual de la ONU que condena el embargo estadounidense, en lugar de abstenerse, como hizo el Ejecutivo del ahora expresidente Barack Obama (2009-2017).
Respuesta a las acusaciones de Díaz-Canel
Asimismo, el Gobierno de EE.UU. respondió desde la Casa Blanca y desde el Departamento de Estado a Díaz-Canel, quien ha acusado a «gente mercenaria pagada por el gobierno de EE.UU.» de organizar las protestas, y ha atribuido al embargo comercial estadounidense que pesa sobre la isla buena parte de la grave crisis humanitaria y sanitaria que atraviesa el país.
Primero, en la Casa Blanca, Psaki consideró que las inéditas protestas antigubernamentales en Cuba fueron «espontáneas» y negó que el embargo impuesto por EE.UU. exacerbara la crisis en la isla.
«Estas protestas estuvieron inspiradas por la dura realidad de la vida diaria en Cuba, no por nadie en otro país», subrayó Psaki.
En segundo lugar, en el Departamento de Estado, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, afirmó que es un «grave error» acusar a Washington de estar detrás de las protestas que vive Cuba, al señalar que son «reflejo» de un pueblo «profundamente cansado» y de «la mala gestión y represión» de las autoridades cubanas.
«Sería un grave error por parte del régimen cubano interpretar lo que está sucediendo en docenas de pueblos como producto de EE.UU.», señaló Blinken en rueda de prensa.
Trump y los republicanos piden mano dura
Por su parte, la oposición republicana expresó de manera unánime solidaridad con el pueblo cubano y el expresidente de ese partido Donald Trump llegó a pedir mano dura a Biden.
«Joe Biden TIENE QUE enfrentarse al régimen comunista o la historia lo recordará. ¡El pueblo cubano merece la libertad y los derechos humanos! ¡NO TIENEN MIEDO!», dijo Trump en un comunicado.
Mike Pence, el que fuera vicepresidente con Trump, también expresó su solidaridad con los manifestantes en un mensaje en Twitter que acabó con la expresión: «¡Qué viva Cuba libre!».
Otros importantes senadores republicanos de origen cubano, como Ted Cruz y Marco Rubio, también usaron Twitter para presionar a Biden a tomar medidas más duras contra Cuba.
Las protestas del domingo fueron las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado «maleconazo» de agosto de 1994, y se producen con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad rutinarios.
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