Ejemplo alentador

Dejando atrás los agravios de una aguerrida campaña electoral, el presidente electo Luis Abinader y el presidente Danilo Medina han dado un alentador ejemplo que contribuye a bajar tensiones y a demostrar que en la política, además de los enfrentamientos, también es posible el entendimiento y la colaboración.

Dejando atrás los agravios de una aguerrida campaña electoral, el presidente electo Luis Abinader y el presidente Danilo Medina han dado un alentador ejemplo que contribuye a bajar tensiones y a demostrar que en la política, además de los enfrentamientos, también es posible el entendimiento y la colaboración.

Es relevante destacar que durante este encuentro ambos hayan acordado mantenerse en comunicación para acordar fórmulas para enfrentar la pandemia que ha llegado a un punto de agravamiento tan marcado que se habla de la posibilidad de volver a un Estado de Emergencia.

Aunque el tema central de la reunión era sentar las bases para el proceso de traspaso de mando, este punto sobre el COVID muestra una sensibilidad y disposición en un tema de interés nacional que reclama unidad, más allá de las banderías políticas.

Ciertamente, además de la crisis económica que ha provocado el coronavirus, la agravada incidencia de la pandemia que amenaza la estabilidad del sistema hospitalario impone una urgente adopción de medidas complementarias y para el presidente electo, representa uno de sus retos fundamentales.

Este encuentro ha llamado la atención por lo inusual de este comportamiento en la clase política nacional, más apegada al resentimiento que a la búsqueda de consenso y unidad y ojalá envíe un mensaje tanto a la dirigencia del PRM como del PLD, que en pocos días se convertirá en el principal partido de oposición.

Sin embargo, no nos llamemos a engaño o a una visión ilusoria. Eso no significa conciliación ni dejar de lado los intereses políticos de ambos partidos, pero quizás permita una detente coyuntural en un crucial momento en que la pandemia llama a dejar de lado el radicalismo para pensar como Nación.

Ese respiro permitiría de un lado y del otro y contando con la colaboración de todas las fuerzas vivas del país y de la comunidad internacional, coordinar esfuerzos para superar esta pandemia que ha trastornado la vida nacional en todos los órdenes y que exige prudencia y medidas urgentes que no siempre concitan apoyo popular.