El Consejo para la Defensade Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés) publicó esas cifras en su estudio «Los latinos en Estados Unidos y la contaminación aérea: una llamada a la acción», que extrae estadísticas del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El documento subraya los altos niveles de contaminación ambiental en los estados en los que reside más del 75 por ciento de los hispanos: Arizona, California, Colorado, Florida, Illinois, Massachusetts, Nevada, Nueva Jersey, Nueva York, Pensilvania y Texas.
Los hispanos son la minoría más importante en 191 distritos metropolitanos que se encuentran entre los que más se han expandido en términos de «tráfico vehicular concentrado y actividad industrial y de plantas generadoras de energía», indica el informe.
Gran parte de esos hispanos carecen de seguro médico, recuerda el texto, y la exposición a la contaminación del aire puede agravar «las enfermedades o problemas respiratorios preexistentes» que padecen muchos de ellos.
En 2008, alrededor de 4,7 millones de hispanos padecían asma diagnosticada por un doctor, y los latinos tienen el triple de probabilidades de morir por esa enfermedad que otros grupos raciales o étnicos, subraya el estudio.
En ese sentido, el NRDC criticó la decisión del presidente Barack Obama, que a principios de mes canceló sus planes de recrudecer los estándares de ozono que mantiene la Agencia de Protección Medioambiental.
Esa medida «dejó a cientos de miles de personas en Estados Unidos frente a un nivel inaceptable de riesgo por el aire que respiran», indica el informe.
«No podemos simplemente ignorar el hecho de que con cada respiro, uno de cada dos latinos de Estados Unidos aumenta su riesgo de asma, bronquitis, o incluso muerte por mala calidad del aire», añade.
Por otra parte, la «regla del mercurio» que está estudiandola EPA y que endurecería los estándares en el tratamiento de este mineral en la industria, «protegería la salud de alrededor del 40 por ciento de los latinos que viven a un radio de50 kilómetros (30 millas) de una planta generadora», asegura el estudio.