Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
El agua cristalina. Ya estoy cansada fría y de correr río abajo. Dicen que soy necesaria pero yo prefería ser hermosa y encender entusiasmo. ¡Y ser roja y cálida, y hacer arder el corazón de los enamorados. Dicen yo purifico todo lo que toco, pero más fuerza purificadora tiene el fuego.
Y como ser fuego, decidió escribir una carta a Dios para pedir que cambiara su identidad.
El agua salía todos los días a ver orilla para ver si llegaba la respuesta de Dios a su carta. Una tarde pasó una lancha muy blanca y dejó caer al agua un sobre muy rojo. El agua lo abrió y lo leyó: Querida hija, a contestar tu contestar tu carta.
Parece que te has cansado de ser agua. Yo lo siento mucho porque no eres un agua cualquiera. Tu abuela fue la que me bautizó en el Jordán, yo te tenía destinada te tenía destinada de muchos niños en el mundo. Mi espíritu no baja a nadie que no haya lavado por ti. El agua siempre es primero que el fuego.
Mientras el agua estaba leyendo la carta, Dios bajó a su lado en silencio. El agua se miró a sí misma y vio el rostro de Dios reflejado en ella.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.