Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Es amor es como una mata de rosas, usted planta una mata de rosa, si usted no le echa agua, y le vuelve echar cada cuatro o cinco, días, se seca. Igual pasa con el amor, si usted no le dice a su compañera, que bien te queda ese peinado, el vestido te queda lindo, otro se lo va a decir en la calle. En mi país decían: “Que falta un roto para un descocido”. Ojo que si tú no se lo dices, cuidado, que se va a encontrar otro que si se lo diga, en la calle o en el trabajo.
El matrimonio es una grandísima aventura, si es que tienes el valor y el suficiente amor para vivir toda la vida con la misma persona, cásate. Si tienes el corazón puro, para elegir en cada momento el hacer feliz al otro, cásate. Si tienes el corazón para negarte a ti mismo tus gustos y preferencias, dejando a un lado tu cansancio, con el ferviente deseo de ver sonreír al otro y hacerlo feliz, cásate.
Los hijos no amarran a nadie, eso que dicen ellas o ellos por los hijos mantienen su matrimonio, es un cuento. Cuando los hijos se van quedan como una línea de ferrocarril, que los que los unían eran los palos y se descarrila el tren, porque cada uno agarra su rumbo, y el matrimonio se viene abajo, por eso es que ustedes ven que tantos matrimonios se acaban después de 20 y 30 años de casados, y es porque los hijos se van de la casa, y los que los unían eras los hijos, nunca los esposos se decían nada entre sí, ni que bien luces hoy, ni que bien te queda ese peinado, etc.
Dios tiene un gran poder en el matrimonio, les voy a poner mi ejemplo. Levamos 55 años de casado, no he dicho que sean fáciles, pero se puede. Muchos matrimonio van con un letrero en la frente, que dice: Si no funciona me divorcio. Ese es el camino más fácil el separarse es el camino de las cobardes, y de los cobardes, porque hay que tener la saya bien puesta para luchar por lo que se quiere, y los pantalones bien puesto también. Mujeres hay muchas y mejor que la mía, pero esa fue la yo escogí para la que fuera la madre de mis hijos.
Dios en su misericordia infinita nos dio a la mujer para que nos completáramos, y fueran los dos una misma carne, por eso ha de dejar a su madre y a su padre y lo que ha unido que no lo separe el hombre, nos dice el Evangelio del Evangelista San Mateo, Capitulo 19, Versículos del 4 al 6.
Termino con esta lectura tomada del Evangelista San Marcos, Capitulo 10, Versículos, 6 al 8 que dicen: “Pero al principio del mundo los hiso Dios Varón y Hembra, por eso dejara el hombre a su madre y a su padre, y se unirá a su mujer; de modo que ya no son dos, sino un solo ser. Luego, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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