El término Armagedón es utilizado por muchas personas para referirse a cualquier gran conflicto o masacre, pero es mucho más que eso. Según la Biblia, Armagedón es el lugar donde Dios reunirá a los reyes de todo el mundo “a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”.
De acuerdo a las Sagradas Escrituras, esta gran batalla se librará, frente al monte Meguido, la región montañosa que separa la llanura de Jezreel de la costa de Palestina, tras producirse el rapto de la Iglesia. Entonces surgirá un imperio mundial, que gobernará durante siete años, mediante una confederación de diez reyes, actualmente en formación.
Este sistema mundial, organizado por Satanás, será imponente y poderoso, con ejércitos y flotas armadas, y muy a menudo, aparentemente religioso, científico, culto y elegante; pero estando lleno de rivalidades y ambiciones comerciales y nacionales, se sostendrá en toda crisis grave solamente por la fuerza.
Ese gobierno mundial lo encabezará el Anticristo, un personaje que niega la verdad cristiana tocante a la encarnación del Logos, el Hijo eterno, como el Cristo en Jesús. Ese Anticristo es la Bestia que sube de la tierra (Apocalipsis 13:11-17), y el falso profeta, en Apocalipsis 16:13. Él es la última cabeza en el sistema eclesiástico, así como la Bestia de Apoc. 1:8, lo es en el civil. Para los propósitos de persecución, se le permite ejercer el poder del emperador, que es la Bestia (Apoc. 19:20).
Pablo identifica a ese gobernante satánico como “el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”, (2 Tesalonicenses 2:3-4).
Según el apóstol Pablo, sólo la Iglesia de Cristo detiene la manifestación de “aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”, (2 Tes. 2:6-8).
Para esta gran batalla, el río Éufrates se secará para abrir el camino a los reyes del oriente. Y de las bocas del dragón (satanás), de la bestia y del falso profeta, saldrán espíritus demoníacos que harán señales e irán a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso, en el lugar que se llama Armagedón”, (Apoc. 16; 14, 16).
Allí “pelearán contra el Cordero (Jesucristo), y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles” (Apoc. 17:14).