Redacció.- Después de varias semanas esperando, llegó el momento en el que el FC Barcelona y Real Madrid se enfrentaban para ser el nuevo campeón de la Copa del Rey. Tras de una gran polémica entre el club blanco y los árbitros, ambos equipos se veían las caras en el estadio de La Cartuja.
Los de Hansi Flick realizaron una gran primera parte, dejando a los de Carlo Ancelotti sin apenas acercarse a la portería de Szczesny. Además, fueron los culés los que pusieron el primer tanto en el marcador a través del gol de Pedri González, con un gran disparo desde fuera del área.
Al descanso, el técnico madridista realizó un cambio que terminaría siendo clave en los 90 minutos. Un Rodrygo muy errático dejó el campo para dar entrada a Kylian Mbappé. Pero antes del 60, Ancelotti realizó hasta dos cambios más, dando entrada a Luka Modric y Arda Güler.
Las sustituciones fueron clave. El delantero francés provocó la falta que terminaría marcando él mismo para poner el empate momentáneo en el marcador. 7 minutos más tarde, el centrocampista turco serviría un centro para que Tchouaméni adelantase al Real Madrid.
El Real Madrid disputó una muy buena segunda mitad, pero el Barcelona volvió a demostrar por qué es uno de los mejores equipos de Europa. En un destello de calidad, Lamine Yamal vio el desmarque de Ferran Torres y, con un pase magistral, le dejó delante de Courtois. El español regateó al belga y puso el empate a falta de 5 minutos para llegar al 90.
Tras varias sustituciones, algunas por molestias y otras por el puro cansancio físico, se llegó a la prórroga. En el tiempo extra, Jules Koundé terminó decidiendo el choque, con un disparo desde fuera del área raso imposible para Courtois.
Se desató la locura en el fondo culé. Los jugadores blaugranas se dirigieron hacia esa zona donde se abrazaron entre ellos mientras desde la grada volaban vasos, camisetas e incluso se encendió una bengala.
No quedaba apenas tiempo para reaccionar. Aun así, Mbappé provocó un penalti que terminaría siendo anulado por fuera de juego previo de Brahim Díaz. Se añadieron dos minutos, donde Antonio Rüdiger y Lucas Vázquez terminaron expulsados en el banquillo. Tras ello, De Burgos Bengoetxea señaló el final del partido y se desató la locura en el terreno de juego con la celebración del FC Barcelona en el césped.
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