Redacción.-El aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático podría conducir a más nacimientos prematuros en todo el mundo, informa un estudio reciente.
Los investigadores encontraron una fuerte asociación entre la exposición al calor extremo durante el tercer trimestre del embarazo y el riesgo de parto prematuro.
«Las altas temperaturas nocturnas pueden alterar los ritmos circadianos y potencialmente influir en la presión arterial, lo que podría ser un problema para las personas embarazadas», señaló el investigador sénior, Yuming Guo, profesor de salud planetaria de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia.
«Dado el aumento proyectado en las temperaturas extremas a medida que nuestro planeta se calienta, comprender sus impactos en los resultados del nacimiento y desarrollar estrategias para mitigar los riesgos se vuelve crucial», añadió Guo en un comunicado de prensa de la universidad.
En el estudio, los investigadores siguieron 1.2 millones de nacimientos en Sídney, Australia, entre 2000 y 2022, de los cuales más de 63,000 fueron prematuros.
El equipo cruzó estos datos con datos históricos de temperatura y otros factores que pueden influir en la exposición al calor, como la cubierta arbórea y vegetal.
La exposición al calor extremo, tanto diurno como nocturno, en el tercer trimestre está fuertemente vinculada con un mayor riesgo de parto prematuro, encontraron los investigadores. Tal conexión no estaba presente ni en el primer ni en el segundo trimestre.
La fuerza de la asociación se redujo ligeramente para las mujeres que viven en áreas con más árboles y vegetación, lo que aumenta la posibilidad de que la sombra pueda proteger a las mujeres embarazadas contra el calor brillante.
El nuevo estudio aparece en la edición del 26 de febrero de la revista JAMA Pediatrics.
«La presencia de vegetación, sobre todo de árboles, tiene el potencial de mitigar los niveles de calor y reducir los riesgos de parto prematuro asociados con el calor», señaló el investigador principal, Shanshan Li, profesor asociado de la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva de Monash.
«La vegetación también tiene impactos positivos en la salud física y mental más allá de los resultados del embarazo y el parto», añadió Li. «Deberíamos integrar estrategias de mitigación del calor, como el aumento de los espacios verdes, en la planificación urbana, para mejorar la salud pública».