Es el canto del inefable Consejo Nacional de la Empresa Privada-CONEP.
Sin dudas es el canto de la gran burguesía local subordinada a la trasnacional.
Su vocero, Blanco canto, cantó apoyando enfáticamente a la JCE tramposa antes de las votaciones. Como la posición electoralista -y peor- dejó venir el fraude evidente y la dictadura institucional desde la confección y proclamación de la Constitución del 2010, pasando por la avasallante impronta del Estado en manos de Leonel Fernández y la Corporación CP-PLD y el consiguiente asalto al Senado, al Consejo de la Magistratura, a las llamadas Altas Cortes, a la JCE, a la Cámara de Cuentas… y continuando con el pacto impunidad por re-postulación, el fraude estructural del 2012, el manejo impúdico de Roberto Rosario manipulando la JCE y todo el sistema de juntas municipales, la desfachatez del contrato de los equipos de conteo electrónico, el bloque de fraudes contingentes el día de la votaciones e inmediatamente después de las mismas.
Impertérrito, sin rubor, su canto se elevó posteriormente refrendando la imposición fraudulenta, subiendo la escaleras del Palacio Nacional para felicitar al jefe político de los fraudes recientes y para dar señales claras de que todo debía quedarse.
Ahora, luego del desborde descarado del fraude, para evitar el desprestigio total de esa funesta entidad, confiesa lo que sabía: que el sistema electoral iba a colapsar y colapsó y que la institucionalidad y el sistema político se han degradado hasta la descomposición.
Sus fórmulas mágicas para recuperar la democracia, sin desacatar ni derribar la dictadura morada, es una que llevan y traen desde hace catorce años y otra que se propuso una vez acogida la Constitución autoritaria y neoliberal del 2010: la ley de partidos para un sistema de partido podrido y la ley orgánica electoral para una institucionalidad monopolizada por la Corporación PLD; ambas derivadas de un Congreso, cuál de los dos (el de ahora y el que se instalará el 16 de agosto) contralado por los autores del fraude asociados al lumpen empresariado.
Ambas puestas en marcha en este instante por el Senado que refrendó el pacto de impunidad por re-postulación. Que por demás pueden tener variados contenidos, todos los cuales, incluido el más avanzado posible, sirven de poco en el marco de esta institucionalidad dictatorial asaltada por mafias políticas y sociales, y este régimen corrupto y corruptor.
¿Cómo confiar en la “rectificación” de quienes así han actuado y de quienes recurren a esas propuestas?
¿Cómo creer en las bondades de su nuevo canto?
Pasa lo mismo con la mayoría que controla la Conferencia del Episcopado, digna de otra correlación de fuerzas cuya mayoría por fin –y al menos- se incline por la ética del Papa Francisco y no por la del impío Pio XII.
A la oposición electoralista que siga aplaudiendo a esos “samaragullones” sin sotanas y con sotanas, que continúe confiando en esa lumpen burguesía, que asuma como veraz su falso canto, que insista en pactar políticamente con los protagonistas de este fraude y esta imposición, que se busque de nuevo a Agripino para intermediar…que yo me voy a reír a carcajadas cuando los/as vea de nuevo engañados y engañando, víctimas en sociedad sistémica del cogollo morado y los grandes capitalistas favorecido por su generosas facilidades, contratos onerosos, subvaluaciones, evasiones, tráficos, acuerdo de compra y venta.
Que siga leal a los Blanco Canto, Vicini, Bonetti, González Cuesta, Camara Minera, cámara Americana de Comercio
Que continúe acatando una institucionalidad podrida que solo es reemplazable con una ruptura que de paso a un proceso constituyente, a una CONSTITUYENTE POPULAR Y SOBERANA que refunde el Estado y emprenda la transformación de la sociedad dominicana.
Que siga soñando como Pilarín en un Pacto Político equilibrado, en una Reforma Fiscal pactada y justa, en una ley de partidos democrática y en una ley electoral equitativa con la Corporación-PLD y sus socios de la lumpen burguesía y el lumpen imperialismo al frente de esta dictadura. Ya la veremos repitiendo el curso.