Si este país descuageringado por el saltapatracismo; si este país extraviado sin brújula en un inmerecido laberinto cargado de mitos, cuentos y prejuicios ensotanados; si este país olvidado de sí mismo tiene algo de conciencia en paternidad responsable, planificación familiar, educación y salud reproductiva y derecho individual a tener o no tener hijos…En fin, si millones de seres de este país del carajo saben el sentido transcendente de lo que es tener familia, se lo deben en buena parte precisamente a Profamilia, que ayer cumplió 50 años sin pausas (y yo empecé a celebrar desde hoy su primer centenario).
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