REDACCIÓN.- Nueva York, EE. UU. – El 4 de diciembre, Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, la mayor aseguradora de salud de los Estados Unidos, fue asesinado a tiros en Nueva York. El sospechoso sigue prófugo y el motivo del crimen no ha sido establecido, aunque las palabras “depose”, “deny” y “delay” escritas en los casquillos de bala sugieren un vínculo con las polémicas prácticas de las aseguradoras de salud para evadir pagos.
En conjunto, estas palabras parecen resumir las críticas hacia las aseguradoras: su supuesta estrategia de «negar» servicios, «retrasar» procesos, y «despojar» a los asegurados de su dignidad y derechos básicos, todo en aras de maximizar ganancias.
En redes sociales, las reacciones a la muerte de Thompson han sido polarizantes. Mientras algunos lamentan la pérdida, muchos usuarios expresaron su desdén hacia un sistema que consideran injusto. Un post conmemorativo de UnitedHealth Group acumuló más de 77,000 reacciones de risa en Facebook, y comentarios sarcásticos como “Mi empatía está fuera de red” y “Se requiere autorización previa para pensamientos y oraciones” se viralizaron en plataformas digitales.
La indignación hacia el sector asegurador no es nueva. Según un estudio de Harvard Medical School de 2009, 45,000 estadounidenses mueren cada año por falta de seguro médico, cifra que no incluye a aquellos con seguro cuyos reclamos son negados. UnitedHealthcare, en particular, ha sido acusada de priorizar ganancias sobre vidas humanas, acumulando $281 mil millones en ingresos en 2023, mientras Thompson percibía un salario anual de $10.2 millones.
El asesinato de Thompson ha generado interpretaciones polarizadas en la opinión pública. Según The New York Times, algunos ven al agresor como un “héroe popular” que desafía la desigualdad sistémica, mientras que expertos como Alex Goldenberg, asesor senior en monitoreo de amenazas online, advierten que este evento podría inspirar más actos de violencia, encuadrándolo como “el golpe inicial en una guerra de clases”.
El sistema de salud de EE. UU., basado en el lucro, ha sido señalado como una de las principales causas de frustración social. Historias como la de un estudiante universitario enfrentando $800,000 en facturas médicas tras la negación de cobertura de UnitedHealthcare, o el caso del padre del autor del artículo original, que debió recaudar fondos para costear un tratamiento contra el cáncer, refuerzan la percepción de un sistema cruel e inaccesible.