El chavismo perdió ganando

Felipe Mora.

Felipe Mora.

Pese a los resultados que le conceden al chavismo una apretada ventaja, y por ende el triunfo, las elecciones del domingo 14 en Venezuela han venido a ser un golpe contundente a la corriente política del extinto gobernante. Ha sido una victoria pírrica, casi escapándosele de las garras a una derrota.

Tan apretada ha sido la victoria del oficialismo, con Nicolás Maduro de candidato, que la oposición ha llamado a su militancia en toda Venezuela a lanzarse a las calles a protestar, por lo que entiende debe haber un reconteo de los votos, y que el ya proclamado candidato vencedor pasaría a ser un “presidente ilegítimo”.

En las elecciones del 7 de octubre de 2012, Hugo Chávez aventajó a Henrique Capriles con la abismal diferencia de 1,599,828 votos, que representaron un 9.45%. Pero en los comicios del pasado domingo 14 de abril, Nicolás Maduro pasó a su adversario con solo 272,865, con apenas 1.83% por encima.

Capriles sumó 711, 337 votos en los comicios del domingo 14, con relación a los obtenidos en octubre frente a Chávez de candidato. De 6,591,304 pasó ahora a 7,302,641.

En octubre, Chávez obtuvo 8,191,132 votos, y ahora en abril Maduro consiguió 7,575,506. Es decir, que el descenso fue de 615,626. El asunto es que el chavismo ganó, pero perdió en simpatía expresada en las urnas, con todo y que la mayor parte de la boleta de votación era arropada repetidas veces por la cara de Maduro.

Con un saldo de siete muertos y más de 60 heridos a causa de recientes protestas en reclamo del reconteo de votos, la situación en Venezuela luce delicada, tomando en cuenta el curso que han tomado los acontecimientos.

El propio Maduro ha amenazado con “radicalizar” la revolución en caso de que continúe la violencia en las calles, mientras el alto mando militar y el Ministerio de Interior llamaron a un acuartelamiento de las tropas, al tiempo de que prohibió el porte y tenencia de armas de fuego y blancas en todo el país entre las 6:00 de la mañana hora local del lunes 15 y las 6:00 de la tarde del sábado 20.

Previo a las declaraciones de Maduro, el principal candidato de la oposición, Henrique Capriles, había pedido al Consejo Nacional Electoral que anulara el acto de proclamación del ganador de las elecciones, al tiempo de señalar que si Nicolás Maduro acepta, será un “presidente ilegítimo”.

Por de pronto, ya la presidenta del Consejo Nacional Electoral en Venezuela, Tibisay Lucena, ha advertido de que los resultados dados a conocer tienen carácter de irreversibles.

No pocos presagiaron que, ante la desaparición física del líder de la corriente chavista debido al cáncer que padeció por espacio de más de un año, el proceso del pasado fin de semana iba a ser una barrida ante una oposición desafiante, que sabía a lo que se enfrentaba.

Datos aportados por el CNE a los medios resaltan que en las elecciones del domingo votaron 14,961,701 de los 18,904,364 venezolanos habilitados, lo que representa una participación de un 79,8 % del electorado, considerado muy alto para la región latinoamericana.

Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, ha evitado reconocer la victoria electoral de Maduro, y se mostró sorprendido por la rapidez con que éste fue proclamado presidente electo. En cambio, volvió a solicitar un recuento de los votos.

Dignatarios de países de distintas latitudes, incluido el dominicano Danilo Medina ya han reconocido el triunfo de Maduro. Pero EEUU e instituciones como la OEA y la Internacional Socialista se han pronunciado a favor de un reconteo de los votos, haciendo honor al reclamo de la oposición en Venezuela.