Madrid.- El Día Mundial del Párkinson, que se celebra hoy, es una patología comúnmente asociada a los temblores que, sin embargo, sólo padece el 40 % de los afectados mientras que otro 40 % presenta como primer síntoma la depresión.
Es un trastorno neurodegenerativo que afecta principalmente a adultos mayores y presenta síntomas como lentitud, rigidez, temblor y pérdida de reflejos.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la variabilidad de síntomas que presenta esta enfermedad neurodegenerativa, que en España afecta a unas 160,000 personas, exige un enfoque multidisciplinar para evitar retrasos en los diagnósticos porque, cuando el paciente no presenta las alteraciones motoras típica, las demoras pueden oscilar entre cinco y diez años.
La Federación insiste en que el párkinson no es una enfermedad exclusivamente asociada al envejecimiento, ya que una de cada cinco personas tiene menos de 50 años en el momento del diagnóstico.
Hasta el momento se desconocen las causas exactas de la enfermedad. En mayoría de casos se manifiesta de manera espontánea, aunque es posible que sea hereditario. Se sospecha que podría estar causado por una combinación de factores genéticos y ambientales, es decir, una predisposición genética a desarrollar la enfermedad, pero que necesitaría de factores ambientales para manifestarse.
La Federación Española de Párkinson ha puesto en marcha la campaña #LaOtraCaraDelParkinson, que estará en redes hasta finales de abril con el objetivo de sensibilizar sobre la imagen errónea de la enfermedad, combatir los estigmas y los prejuicios sociales y estereotipos que la rodean.
La campaña promueve que toda persona que tenga relación con la enfermedad y quiera compartir su testimonio lo haga bajo el «hashtag» de la campaña. También empodera la Federación el papel más desconocido de los cuidadores, que sufren igualmente el impacto de la enfermedad.
Y otro asunto que quiere visibilizar la Federación Española de Párkinson es la falta de un censo real.
Las estimaciones epidemiológicas cifran el número de afectados en 160,000, pero este colectivo está convencido de que hay muchos más y, por ello, pide a la administración central y a las autonómicas que pongan este tema en la agenda política e impulsen un registro que arroje luz sobre la cifra real de enfermos.
Se trataría, dicen, de saber el número de afectados por sexo, edad, años que lleva diagnosticado, respuesta a los tratamientos y lugar de residencia, urbana y rural.