Un cordial saludo a todos mi queridos lectores, esperando se encuentren bien en unión de sus seres queridos.
Dicen según me cuenta mi esposa, porque yo nunca los he sufrido que uno de los dolores más terribles que hay, es el dolor de parto. Pero vale la pena sufrir ese dolor cuando uno puede apretar entre sus brazos a esa nueva creatura que es fruto del amor entre la esposa y el esposo. Y el que diga que no es así, es porque nunca ha sido madre, que le pregunten a una mujer que ha sido madre.
Yo que nunca he sufrido el dolor de parto, creo que ha valido la pena ese dolor tan fuerte. Un fracaso asumido con madurez, puede que al principio duela, pero al superarlo el alma se logra fortalecer y más valiente es el ser humano frente a cualquier reto que se le presente en los diferentes momentos de la vida.
Miren, los padres que tienen un hijo especial, al tenerlo es tan grande su dolor que pueden llegar a pensar que se sienten frustrados, y no podrán jamás superar ese dolor; pero con el tiempo asumido desde la fe, ese que desde el principio fue dolor, llegara a convertirse en el más grande amor, y les enseñara a descubrir lo que realmente en la vida tiene valor. Yo conozco el caso y muy de cerca, porque los quiero mucho, de unos padres que tienen una hija especial, y para ellos es la adoración de sus vidas.
El perder a un ser querido, deja el corazón destruido. Y uso la palabra perder, porque todo el mundo la usa. Pero nadie pierde a nadie. El que pierde $50.00 pesos, nunca los encuentra, pero yo sé dónde están mis seres queridos, ellos viven en la presencia de Dios. Yo quitaría esa palabra del diccionario y la usaría en muy pocas ocasiones.
Mira si careces de algo, valora lo que más tienes. Si sufres por alguien, llegaras a amarlo más, si escoges el camino más difícil, te haces más fuerte, si experimentas de cerca la muerte, aprendes a amar más la vida. Si caes; ten destreza en levantarte, lo malo es quedarse caído.
El dolor no deforma, sino que transforma. El dolor no deforma, transforma, eso es una gran verdad y eso la sustentan, quienes al sufrir han crecido y se han fortalecido más.
Todo esto define, esa gran verdad. “El dolor no deforma sino que transforma”.
Los dejo con esta lectura tomada del Evangelio de San Juan, Capitulo 11, Versículo 35 donde nos dice Juan: “Que Jesús lloró”: Fíjense si el dolor es fuerte, pero acompañado de la Fe, es pasajero.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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