SANTO DOMINGO.- El embarazo adolescente le cuesta 245 millones de dólares cada año —un 0,29 % del producto interno bruto (PIB)— a República Dominicana, el país con la Tasa Específica de Fecundidad Adolescente más alta de América Latina, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Esta cifra cubre desde la atención en la gestación, el parto y el puerperio hasta los impuestos que el Estado deja de recaudar de este segmento poblacional que, debido a la maternidad temprana, no puede insertarse en el mercado laboral, explicó en una entrevista con Efe Federico Tobar, asesor de la oficina regional de Unfpa.
Además de tener la Tasa Específica de Fecundidad Adolescente (TEFA) más alta de América Latina, República Dominicana y ocupa la posición veintiséis en el mundo, detrás de veinticinco países del África Subsahariana, de acuerdo con el estudio «Consecuencias socioeconómicas del embarazo adolescente en la República Dominicana» de Unfpa.
La investigación utiliza una metodología denominada Milena, que mide los efectos del embarazo y la maternidad adolescente atendiendo a factores como la educación, la participación laboral, los ingresos, la salud y los ingresos fiscales no percibidos.
Las madres tempranas en la República Dominicana ganan de media un 20 % menos que las que tuvieron hijos en edad adulta, precisó el argentino Tobar, quien citó la deserción escolar como una de las principales consecuencias del embarazo en la adolescencia.
De cada diez adolescentes que se quedan embarazadas en la República Dominicana, seis no concluyen la educación secundaria.
A esto se suma la pérdida que representan las niñas y adolescentes afectadas por la mortalidad materna, estimadas en 123 por cada 100.000 nacimientos de madres en ese grupo de edad.
«No hay nada que deje más atrás a la población que los embarazos en adolescentes», a pesar de que es «muy fácil» prevenirlos, señaló Tobar en sus declaraciones a Efe.
El costo de evitar estos embarazos «es muy barato para una sociedad pujante» como la de República Dominicana, quien antes de la pandemia era el país líder del crecimiento económico de América Latina y el Caribe.
A finales del año pasado, el Gobierno dominicano lanzó un plan dirigido a disminuir las uniones tempranas y el embarazo en las adolescentes.
El objetivo es sumar los esfuerzos de todas las instituciones gubernamentales y algunas de la sociedad civil para reducir cifras como las que indican que el 35 % de los nacimientos en hospitales públicos corresponde a adolescentes y, de ese porcentaje, el 22 % no alcanza los 15 años de edad.
«En una sociedad tradicional la mujer se realiza en su rol de madre, (pero) en una sociedad moderna la mujer quiere participar en la economía, en el mercado de trabajo, quiere estudiar y aspira a tener las mismas condiciones que tiene un hombre», subrayó Tobar.
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