El FBI y la CIA entre nosotros

Por cierto, en días recientes por primera vez, el gobierno dominicano condecoró al jefe local de la DEA al retirarse de su posición.

Con motivo de la Segunda Guerra Mundial el FBI destacó agentes en su embajada en Ciudad Trujillo para determinar hasta dónde influían los comunistas republicanos que habían llegado al país en 1939, así como el papel de las colonias españolas, italianas y alemanas en la promoción del falangismo, el fascismo y el nazismo en el país. En dos libros nuestros hemos tratado sobre esas investigaciones.

El FBI, a finales de la dictadura de Trujillo contrató como agente a un vicealmirante de la marina dominicana que se había marchado a residir a Miami y que reportaba sobre las actividades de Trujillo. Luego sería el primer director del DNI dominicano durante el Consejo de Estado y, posteriormente, jugaría un importante papel en las investigaciones latinoamericanas del FBI.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) fue establecida en 1947. Jugó un discreto papel en la entrega de tres carabinas M1 que habían pertenecido a los infantes de marina que custodiaban la embajada americana en Ciudad Trujillo quienes tuvieron que abandonar el país cuando en 1960 surgió una ruptura diplomática continental contra el régimen del dictador dominicano.

Después del 30 de mayo de 1961 la CIA auspició una encuesta utilizando como frente a una empresa mexicana y a estudiantes de la UASD para determinar las expectativas de los dominicanos en su nueva etapa democrática.

Pero su papel más importante fue ayudar a Balaguer a llegar al poder una vez tuvo lugar la revolución de abril de 1965. El mismo 26 de abril el subsecretario para asuntos latinoamericanos, Thomas Mann, le dijo al presidente Lyndon Johnson: “Yo creo que el hombre a quien hay que reponer es a Balaguer. Él fue el que salió adelante en las encuestas”. En efecto, ya a principios de 1965 la CIA había efectuado encuestas que daban ese resultado. La respuesta inmediata del presidente Johnson fue: “Trata de hacerlo. Trata de hacerlo de alguna forma”. Sería el inicio de toda una labor para llevar a Balaguer al poder en 1966. El departamento de Estado encargó a Kennedy Crockett de visitar a Balaguer en Nueva York el 14 de mayo donde le informó claramente que era el candidato presidencial de Washington. La CIA utilizó recursos económicos y técnicos para ayudar a Balaguer en su campaña electoral al tiempo que le metía miedo a Bosch para que no pudiera salir de su casa limitándose su campaña electoral a discursos por la radio.

En febrero de 1968 la CIA aprobó entregar dinero al Partido Social Cristiano a través de un donante quien actuaría como intermediario. Participó en las elecciones de ese año, aunque estas las ganó Balaguer. También existía un plan para entregar fondos al grupo de estudiantes social cristiano BRUC para su campaña electoral en la UASD contra FRAGUA, pero la plata no se desembolsó porque el BRUC decidió boicotear esas elecciones.

Los agentes de la CIA reciben entrenamiento en una “finca” en Virginia y devienen empleados de carrera con derecho a jubilación. Otra cosa son los “informantes”, quienes reciben pagos de tiempo en tiempo, como fue el caso de Sacha Volman quien conoció a Bosch en el Instituto de Formación Política de Costa Rica en 1961, institución que fue financiada por la CIA a través de la Fundación Kaplan. Al hacerse pública esa información Bosch, desde su exilio en Madrid, declaró que desconocía esa fuente del financiamiento.

En el libro del ex agente de la CIA, Phillip Agee, este reportó en 1965 que Volmar había trabajo bajo contrato con la CIA, pero al surgir la guerra civil de 1965 no solo dejó de trabajar para esa agencia, sino que por simpatizar con Bosch no pudo regresar a Estados Unidos hasta pasadas las elecciones de 1966 bajo amenaza de la CIA de ser deportado a su país de origen, Rumanía, donde evidentemente sería apresado.

Volman luego jugaría un valioso papel obteniendo visas para que caamañistas pudieran irse a vivir a Estados Unidos y así evitar ser asesinados durante el recién establecido gobierno de Balaguer.

Un agente de la CIA en abril de 1965 acusó a José Francisco Peña Gómez de entregar la revolución a los comunistas lo que rechazó vigorosamente como lo evidencia el reporte de la CIA sobre esa reunión, pero aun así, para fines propagandísticos la estación “La Voz de América” anunció falsamente que Peña Gómez había admitido que la revolución había caído en manos comunistas. En resumen, a quien la CIA ayudó fue a Balaguer, bloqueó a Bosch y difamó a Peña Gómez.

Después de la caída del Muro de Berlín el papel de la CIA en nuestro país se ha reducido considerablemente ya que el anticomunismo ya no es prioridad. La figura clave en asuntos de inteligencia es el representante norteamericano de la DEA, organismo que persigue las drogas. Por cierto, en días recientes por primera vez, el gobierno dominicano condecoró al jefe local de la DEA al retirarse de su posición.