El Flaminio de Roma, un estadio glorioso que lucha contra el olvido

Roma, 9 mar (EFE).- El estadio Flaminio de Roma, un proyecto del ingeniero Pier Luigi Nervi y uno de los símbolos de los éxitos del deporte italiano desde la década de los años 50 hasta los primeros del siglo XXI, lucha ahora contra el olvido y su degrado.

Edificado entre 1957 y 1958 e inaugurado en 1959, el Flaminio fue una de las instalaciones símbolo de los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y fue la casa de grandes campeones del deporte, pero ese glorioso pasado ha dejado espacio en la actualidad al abandono.

Para acabar con esta decepcionante situación, el Ayuntamiento romano consiguió en el verano 2017 un significativo apoyo económico por parte de la institución estadounidense Getty Foundation, uno de los más prestigiosos organismos internacionales que defienden la arquitectura.

El proyecto se llama «Estadio Flaminio de Pier Luigi y Antonio Nervi en Roma: un plan de conservación interdisciplinar» y, al lado del Ayuntamiento, trabaja también el Departamento de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la Universidad La Sapienza de Roma, la «Pier Luigi Nervi Project Association» y la sociedad «Do.Co.Mo.Mo. Italia».

La responsable de «Do.Co.Mo.Mo Italia» para la coordinación ejecutiva del proyecto para la realización del plan de conservación del Flaminio, Elisabetta Margiotta Nervi, explicó hoy a Efe que hay muchos factores a tener en cuenta antes de poner en marcha este trabajo y previamente se deberá realizar un estudio que «requerirá de cerca de dos años».

«La dificultad principal es conocer todos los mínimos detalles de la estructura de Nervi. Este trabajo, que se realiza tanto a través de archivos históricos como de estudios en el sitio, es indispensable para dar prescripciones sobre como intervenir», subrayó.

El estadio surge en una zona privilegiada de la capital italiana, a poca distancia del barrio residencial Parioli, pero sus inmediaciones se encuentran ahora en condición de grave degrado, que ha derivado en una estructura ruinosa

Este problemático contexto se agravó recientemente después de que la Policía romana encontrara en una zona interna del estadio el cadáver de un hombre de 40 años originario del Sri Lanka.

Las investigaciones demostraron que se trató de un homicidio y la policía identificó al supuesto responsable, un ceilandés de 39 años que se encuentra en una prisión de la capital italiana.

La víctima del homicidio era un sintecho e y como él muchos otros aprovechan el estado de abandono de la instalación para refugiarse y pasar las noches.

Además, el abandono de la instalación se suma al fisiológico degrado de los materiales empleados en los años 50 por la construcción de las gradas, lo que causó una situación espectral.

Todo esto se ha producido en los últimos siete años, después de que la estructura, que hasta 2011 fue usada por la selección de rugby transalpino y por los equipos menores del fútbol local, fuera definitivamente abandonada.

Y es que el Flaminio fue un ejemplo de construcción innovadora, estudiado por el ingeniero Pier Luigi Nervi y su hijo, Antonio, uno arquitecto muy considerado no solo en Italia sino también a nivel internacional.

Fue la sede del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos romanos, ganado por la selección de Yugoslavia, vio los encuentros de la selección absoluta de rugby italiano y también fue la casa de los clubes de fútbol Roma y del Lazio en el curso 1989-1990.

Y, más allá del deporte, acogió a grandes estrellas de la música, como el estadounidense Prince, el grupo británico Rolling Stones o el irlandés U2, que realizaron allí multitudinarios conciertos para los amantes de la música.

Por ello, Margiotta Nervi está decidida a devolver el brillo pasado a este espacio.

«Recuperar el estadio significa remodelar la obra maestra de Nervi lo más cerca posible de como era su versión original. Está claro que el objetivo es el de permitir su uso, por lo que todo será hecho para que el estadio sea devuelto a la ciudad», afirmó.

El camino todavía es largo y muy complicado, pero el futuro del Flaminio pasará por el trabajo de grandes profesionales y expertos como Margiotta Nervi; todo ello, con un sueño particular.

«Estaría muy bien abrir un museo en honor a Pier Luigi y Antonio Nervi, esperemos que se pueda realizar en uno de los espacios del Flaminio. De momento, el objetivo es devolver la estructura a los ciudadanos», concluyó.