REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Voraces, las llamas se propagaron por todo el apartamento en pocos minutos. La puerta de entrada estaba completamente cubierta, así que no podían salir.
La única preocupación de Lance Ragland era proteger a su hija. Por eso la llevó hasta el balcón y trató de cubrirla lo más que pudo. Cuando llegaron los bomberos, ya estaba herido con quemaduras de segundo grado.
Los profesionales desplegaron rápidamente dos escaleras hasta el balcón. La idea era que Regland descendiera junto a la niña, pero ya no había tiempo. El fuego los alcanzaba.
En una decisión desesperada, el hombre lanzó a su hija hacia abajo. Entonces, el capitán Scott Stroup, que acababa de llegar, sacó a relucir su heroísmo. Con asombrosa firmeza, atrapó a la niña y se la llevó corriendo, hasta asegurarse de que estuviera fuera de peligro.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email