Un juez iba a liberar a un preso de la cárcel, por lo que hizo pasar a uno por uno a una «entrevista» con él, para ver quien merecía ser liberado.
Al preguntar al primero porque estaba allí este dijo: – «Estoy aquí porque me calumniaron y me… acusaron injustamente».
Llamó al segundo y este contestó: – «Estoy aquí porque dicen que robé, pero es mentira». Después fueron pasando todos los presos y se declaraban inocentes.
Hasta que llegó el último quien dijo: – «Estoy aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control y por eso lo maté. Pero hoy me doy cuenta de que lo que hice estuvo mal y estoy muy arrepentido».
El juez se levantó y dijo: -Voy a liberar a este último preso. Todos se quedaron perplejos y dijeron: Pero ¿por qué lo vas liberar a él? El juez contestó: – El castigo es para los que esconden su falta. La misericordia para los que reconocen su falta y se arrepienten.
Proverbios 28:13 «El que encubre sus pecados, no prosperará: Más el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.»
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