NUEVA YORK.– El juicio por presunto fraude fiscal contra la Organización Trump y contra quien durante muchos años fuera su director financiero, Allen Weisselberg, arrancará el próximo 24 de octubre, según decidió este viernes un juez de Nueva York, que rechazó los argumentos con los que los acusados buscaban que se desestimara el caso, según medios locales.
La empresa del expresidente estadounidense Donald Trump y el directivo fueron acusados el pasado verano de operar durante más de 15 años una trama de evasión fiscal, en la que supuestamente pagaban a ejecutivos «por debajo de la mesa», dándoles una parte importante de sus compensaciones de forma que se pudiera reducir el pago de impuestos.
En el caso no está imputado el propio Trump, pero sí su compañía y Weisselberg, uno de sus escuderos más fieles y que ha trabajado durante casi medio siglo para el negocio familiar.
El juez Juan Merchan desestimó hoy los argumentos presentados por los acusados, que buscaban que se archivara el caso asegurando, entre otras cosas, que éste tenía una motivación política.
El juez retiró uno de los varios cargos de fraude fiscal que pesaban contra la Organización Trump, pero mantuvo el resto y dio luz verde para el inicio del juicio.
El proceso arrancará en principio próximo 24 de octubre con la selección del jurado, según recogen medios locales.
La noticia llega en medio de una semana complicada para Trump, después de que el FBI registrara su mansión de Florida, presuntamente en busca de documentos de seguridad nacional que se habría llevado de la Casa Blanca y que, según The Washington Post, estarían vinculados a armamento nuclear.
Además, el expresidente tuvo que declarar el pasado miércoles ante la Fiscalía General de Nueva York en el marco de una larga investigación sobre las prácticas empresariales de su compañía.
Trump, que ese día pasó horas reunido con los fiscales, optó por guardar silencio y no responder a sus preguntas, al considerar que está siendo objeto de «una caza de brujas políticamente motivada», según explicó.
El caso que irá a juicio en octubre es resultado de los primeros cargos que se presentaron fruto de las investigaciones sobre los negocios de la Organización Trump.
Weisselberg está acusado de ser uno de los principales beneficiarios de la presunta trama de fraude fiscal, al haber recibido hasta 1,7 millones de dólares en compensación por los que no pagó impuestos, aunque no fue el único, pues en la acusación se señala también a un miembro de su familia y a al menos otros dos empleados de la compañía.
La Organización Trump, según se alega, pagaba a esas personas sueldos más reducidos -con lo que reducía sus impuestos de plantilla- y a la vez les ofrecía compensaciones al margen que no se notificaban adecuadamente a las autoridades.
Entre otras cosas, Weisselberg y otros ejecutivos habrían obtenido alojamiento, matrículas para colegios privados y pagos en efectivo para cubrir todo tipo de gastos personales.