“El Lápiz del Abuelo”

Un cordial saludo a mis queridos lectores, esperando se encuentre bien junto a sus seres queridos.

No es verdaderamente lo que uno escribe en una tarjeta o una carta, sino con el sentimiento y el amor con que lo escribe. Muchas veces escribimos largas palabrerías que no significan nada y otras veces escribiendo corto, conciso y con el corazón, se dicen muchas cosas.

Hoy quiero contarles una historia que lleva por título El lápiz del Abuelo, y dice así: Un niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó: ¿Estas escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es por casualidad, una historia sobre mí? 

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto: Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas. 

El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial en el.

¡Pero es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!

Todo depende del modo que mires las cosas, dijo el abuelo. Hay él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo. 

Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esa mano es Dios, El siempre te conducirá en dirección a su voluntad. 

Segunda cualidad: De vez en cuando necesito dejar lo que estoy escribiendo y usar el sacapuntas.

Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona. 

Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: Es que siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, intenta ser consciente de cada acción. 

Seamos como el lápiz del abuelo, que a nuestro paso por esta vida dejemos trazos de buen hijo, de amar a Dios sobre todas las cosas, que usemos el sacapuntas cada rato, que usemos de la goma para borrar aquello que no nos gusta de nuestras vidas y que siempre actuamos con rectitud.

Termino con el Versículo 17 del Capítulo 32 del Libro de Isaías que dice:  El fruto de la justicia es la paz, y la consecuencia de la rectitud, la tranquilidad y la confianza eterna”. 

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.