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El lío en Europa nos perjudica

No es sólo cuestión de leer sobre la crisis europea y comentar con ironía y fingida superioridad sobre el lío en que se han metido y del que no saben salir. Es cuestión también de ver lo mucho que perjudica a los dominicanos.

En países como España el desempleo está en un 20% y eso afecta a los dominicanos residentes allí quienes enviarán menos remesas.  Si un español queda desempleado no es verdad que vendrá a “turistiar” a nuestras playas. Con la fuerte devaluación que está experimentando el euro con relación al dólar el hacer turismo en la zona del dólar a la que pertenecemos ha devenido más caro para españoles, italianos, franceses y alemanes. Con tanta incertidumbre en Europa no es fácil para sus inversionistas decidir poner plata nueva en proyectos como hoteles en nuestro país. La crisis europea afecta también a Estados Unidos. Su bolsa ya ha perdido todo lo recuperado en el año y eso afecta a los dominicanos residentes en ese país, los flujos turísticos desde esa zona y las decisiones de inversionistas. La amnistía española a favor de los que sacaron su plata “caliente” para evitar impuestos para colocarla en países como el nuestro nos perjudica pues ahora podrán retornarla pagando sólo un 8%.

Pero hay que reconocer factores que nos benefician. Las tasas de interés están tan bajas en Europa y Norteamérica que nuestro Banco Central se puede dar el lujo de reducir la nuestra sin que surjan fugas de capitales, pues el diferencial todavía está a favor nuestro. Los flujos turísticos desde Rusia y Brasil están compensando con creces el menor turismo europeo y la recesión mundial, al bajar la demanda por petróleo, ha logrado que su precio se reduzca sustancialmente. Danilo Medina, en contraste con Leonel Fernández en el 2004, encontrará una economía interna mucho mejor (a pesar del “desguañangue” desde diciembre) pero una situación externa peor.

Aunque cada economista tiene su versión sobre las causas de la crisis, la nuestra, modestia aparte, es que cuando en Maastricht se creó el euro, es decir la unión monetaria, eliminándose las monedas de los países individuales, no se creó simultáneamente la unión fiscal, es decir no se transfirió soberanía a Bruselas para que cada país estuviese obligado a no incurrir en déficits fiscales. Es como el caso norteamericano donde en la Unión hay muchos Estados, pero el presupuesto es esencialmente federal. Eso, más diferencias en productividad, niveles de salarios, beneficios sociales, etc. ha provocado que algunos países tan sólo puedan salir de su atolladero devaluando, pero como no pueden hacerlo la única opción es austeridad, al tiempo que el euro se devalúa frente al dólar, la libra y el yen.

Alemania, todavía traumatizada por la hiperinflación después de la Primera Guerra Mundial, insiste en austeridad. A la Merkel, por presiones políticas internas, se le hace muy difícil aceptar estimular a su propia economía con déficits y aumentos salariales. Ella, eso sí, puede vetar lo que quiera el resto de Europa, como el bono europeo. ¿Cuántos gobiernos europeos han caído desde los inicios de la crisis? Muchos, pero no tantos como los que cayeron en América Latina durante la década perdida de los ochenta. No creo que Grecia se salve ya que no quiere salvarse y España está en el filo de la navaja pero ese filo está en Bruselas.

Leí recientemente un Wikileaks de hace ocho años donde Leonel Fernández le dijo al embajador Hertell, a un congresista norteamericano, a Alfonso Fanjul y al Director del “Miami Herald” que “la dolarización es algo que eventualmente ocurrirá en el país, pero es imposible en el corto plazo. Dijo que sería etiquetado como ‘el vendedor de la nación’ si propone la dolarización como política monetaria alternativa”. Viendo lo que ocurre en Europa me pregunto si piensa igual sobre un Maastricht  centroamericano (ya tenemos a El Salvador, Panamá) y caribeño (Puerto Rico) en el corto o el largo plazo.

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