En nombre de la ciencia, han robado sus cuerpos.
Con sagaz estrategia etiquetan a todas y cada una de las mujeres de enfermas, de histéricas, de impredecibles.
La ciencia, a pesar de sus sesgos, ¡cuanto ha ayudado la humanidad!
Cuestiono su objetividad, en ocasiones, secuestrada por intereses misóginos.
En la pubertad, la llegada de la menstruación es preludio del miedo, del peligro.
Menstruar es estar indispuesta, incapacitada, a ella se refiere la publicidad como “Esos días difíciles”.
En promedio desde los 11 a los 51 años, seis días, de mes en mes, en total cerca de ochos años de la vida de las mujeres, se la pasan irritables, incorregibles, incontrolables, en fin, ya sabes, la regla, la menstruación, “cosas de mujeres “.
Nada más natural, biológico y maravilloso. La manifestación del ciclo de vida en el templo, llamado cuerpo de mujer. El poder de la sangre, el más temido de los fluidos. Sangre de Cristo.
Desde analgésicos hasta antidepresivos, son imprescindibles para soportar las implicaciones del cuerpo de mujer, maldecido por pecado original.
Métodos anticonceptivos con efectos secundarios fatídicos. Los avances de la ciencia son para las prósperas. A las demás les corresponden cerrar la fabrica para no parir más “delincuentes“.
Aborto inseguros, poniendo en riesgo la vida.
Abortos clandestinos, con el miedo a la muerte.
Muertes por aborto, con la complicidad del poder.
Parir es un privilegio, reservado a las que pueden viajar o pagar.
Parir duele, con dolor parirás los hijos.
El parto descuartiza la vagina.
Aquí se pare por cesárea.
El secuestro de la lactancia materna
Un placer erradicado
La parida no da leche
El seno no basta
El calostro es una quimera
El bebé “por políticas de la administración” va a sala de recién nacido. Necesita ser bien alimentado.
Las huellas del tiempo requieren medicación, desde hormonas a antidepresivos. Los arboles no tienen derecho a vivir el otoño. ¡Primavera o muerte!
Te moriste en los 90´ y no te has enterado.
Con la despedida de la menstruación las mujeres se convierten en depresivas, padecen fibromialgia, bipolaridad, hipotiroidismo entre otras patologías. Resumiendo, descartadas.
En el ocaso, las canas podrían convertirse en trofeos, luego de una vida sometida por una dictadura de elecciones amañadas, la ciencia.
Al entregar la armadura, los cuerpos, de hombres y mujeres no tiene gran diferencia. Para la muerte son iguales, probablemente las almas también.