Naciones Unidas.- Los países de todo el mundo se comprometieron este miércoles a reforzar la lucha contra la corrupción, aunque sin ofrecer demasiadas medidas concretas para responder a un problema que, según algunos cálculos, tiene un costo del 5 % del PIB global y que contribuye a disparar las desigualdades.
Reunidos en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU, los Gobiernos se unieron para adoptar por consenso una declaración que promete más medidas a nivel nacional e internacional.
El texto, de 20 páginas y negociado previamente, reconoce la necesidad de acciones “urgentes” contra la corrupción en todo el mundo, admitiendo que los esfuerzos realizados hasta ahora son insuficientes.
“Promoveremos la transparencia, la rendición de cuentas, la integridad y una cultura de rechazo de la corrupción en todos los niveles de la sociedad como base para prevenir la corrupción y poner fin a la impunidad”, señala el documento.
Las potencias del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos) y la Unión Europea destacaron en un comunicado la importancia de la declaración y se comprometieron a asegurar que haya medidas contundentes para prevenir la corrupción y los flujos financieros ilícitos y a apoyar los esfuerzos de otros países en este ámbito.
Para algunos observadores, sin embargo, el texto aprobado en la ONU resulta insuficiente y ofrece avances muy modestos.
“Las declaraciones redactadas diplomáticamente no ayudan a los miles de millones de personas cuyas vidas se han visto dañadas por la corrupción”, señaló en un comunicado Mathias Huter, director gerente de una Coalición para la Convención de la ONU contra la Corrupción, una organización civil especializada en esta cuestión.
“Necesitamos el liderazgo de los países realmente comprometidos a prevenir y combatir la corrupción en casa y en el extranjero”, apuntó Huter, que destacó que la pandemia de la covid-19 ha vuelto a poner de manifiesto las grandes deficiencias que hay en las estructuras de gobierno de todo el mundo y en el control del dinero público.
EL EFECTO DE LA PANDEMIA
Esa situación la reconocen, al menos en parte, los Estados miembros, que en su declaración aseguran que las dificultades se han visto exacerbadas durante la pandemia.
“La pandemia de la covid-19 ha puesto una presión sin precedentes en las cadenas de suministro, infraestructuras y sistemas alrededor del mundo”, recordó el presidente de la Asamblea General, Volkan Bozkir.
El diplomático turco apuntó que las rápidas respuestas de los Gobiernos para adquirir materiales médicos han salvado vidas, pero también han mostrado carencias en términos de transparencia y control que en algunos casos son explotados “por los actores más corruptos”
En ese sentido, numerosos países llamaron a asegurar que esas situaciones no se den con la distribución de vacunas contra la enfermedad.
Además, los Estados avisaron de que la «contratación pública está sujeta a graves riesgos de corrupción» en torno a las medidas de respuesta a la covid-19 y la recuperación, dados los enormes volúmenes de fondos públicos que se están utilizando.
«Impulsamos, cuando proceda, la inclusión de disposiciones anticorrupción en los contratos y, a la hora de adjudicar contratos públicos, tendremos en cuenta si se ha determinado que las personas físicas o jurídicas han cometido actos de corrupción y cualquier factor atenuante», señalan en la declaración.
PROTAGONISMO LATINOAMERICANO
Además de multitud de ministros, una decena de jefes de Estado y de Gobierno intervinieron este miércoles ante la Asamblea General, con gran protagonismo de Latinoamérica.
Perú y Colombia, que fueron los impulsores de esta sesión especial sobre corrupción, estuvieron representados al máximo nivel, con discursos en vídeo de sus presidentes, Francisco Sagasti e Iván Duque.
Sagasti, que fue el primer líder en hablar, subrayó que la prevención y la lucha contra la corrupción son «una necesidad global y un deber ético» y destacó el “carácter transnacional” que ha adquirido.
«Estamos convencidos de que las iniciativas nacionales no bastan. Se requiere, más bien, de una respuesta multilateral renovada, concertada, cooperativa y orientada hacia la acción», apuntó.
Duque, por su parte, también urgió a la comunidad internacional a «redoblar esfuerzos» y a usar la declaración adoptada hoy «como una brújula que nos permita navegar durante los próximos años».
«Aprovechemos la oportunidad que nos brinda esta sesión especial y tomemos acciones decisivas en contra del flagelo que es la corrupción, que tanto daño hace a nivel mundial», insistió.
También participaron en la cita los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y Guatemala, Alejandro Giammattei, que defendieron las medidas anticorrupción puestas en marcha en sus países, sobre los que pesan numerosas denuncias de prácticas corruptas.
Hernández, además, aprovechó para defenderse de las acusaciones que en Estados Unidos lo han vinculado con el narcotráfico, asegurando que se derivan precisamente de su compromiso para combatir esos delitos y son fruto de intentos por parte de criminales para recibir un trato de favor en ese país.