Una plataforma ilegal operada desde República Dominicana ofrecía miles de películas y canales de televisión por suscripciones baratas, moviendo más de RD$285 millones y casi un millón de dólares en criptomonedas.
Santo Domingo.– Miles de películas, eventos deportivos y canales de televisión de paga eran ofrecidos a precios irrisorios a través de una plataforma ilegal que operaba desde República Dominicana.
Bajo una estructura que recuerda a una versión digital de Piratas del Caribe, esta red clandestina habría movido más de RD$285 millones y cerca de un millón de dólares en criptomonedas, según las autoridades.
El caso, actualmente bajo investigación del Ministerio Público, ha sido calificado como uno de los mayores esquemas de piratería digital detectados en el país.
La operación clandestina consistía en la venta de suscripciones ilegales para acceder a más de 900 canales de televisión y 3,000 películas. Los precios eran extremadamente bajos: tan solo USD$1.29 al mes, una fracción del costo de las plataformas legales.
Los servicios se ofrecían mediante portales como iptv66.com y servidoriptvprivado.is, y los pagos se realizaban en bitcoin o mediante transferencias bancarias, tanto locales como internacionales.
La investigación se originó tras una denuncia formal presentada en septiembre de 2021 por al menos 14 empresas de entretenimiento internacional, entre ellas:
Estas compañías solicitaron a las autoridades dominicanas investigar el esquema, identificar a los responsables y determinar el destino de los fondos generados por la venta ilegal de contenido protegido por derechos de autor.
El principal acusado es Leonardo Alberto Casci Ocumárez, a quien se le atribuye la dirección del entramado junto a Raúl Ernesto Guzmán Lora y los hermanos Víctor Luis y Keomirys Torres López. Según el expediente, utilizaron empresas fachada, criptomonedas y múltiples números telefónicos y correos falsos para encubrir sus operaciones.
Una compra controlada realizada en febrero de 2022 por un agente encubierto permitió a las autoridades documentar el modus operandi. El agente adquirió un paquete anual de USD$25, que incluía acceso a miles de películas, canales HD/SD, eventos deportivos y soporte técnico.
Las investigaciones revelaron que Casci Ocumárez, a pesar de no cotizar en la seguridad social ni declarar ingresos formales, manejaba cuentas bancarias con movimientos millonarios:
Los acusados enfrentarán cargos por violaciones a la Ley 65-00 sobre Derecho de Autor, la Ley sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología y la Ley contra el Lavado de Activos. Las penas contempladas incluyen prisión de hasta cinco años y multas millonarias.
La fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, explicó que, aunque culturalmente la piratería suele no ser percibida como un delito grave, su impacto económico y legal es significativo.
“Permitimos que personas que no han aportado nada se lucren del trabajo de otros que sí lo hacen de forma honesta”.
Tanto Raúl Ernesto Guzmán Lora como Leony Croes, familiares de uno de los acusados, fueron procesados previamente en Estados Unidos por hechos similares, lo que refuerza la tesis del Ministerio Público sobre la existencia de una estructura criminal transnacional.
El expediente sugiere que los implicados se beneficiaban de una red con conexiones financieras en el extranjero, lo que dificultó durante años el rastreo del dinero.
El Ministerio Público desplegó un operativo que incluyó 30 fiscales y 19 allanamientos en el Distrito Nacional, San Pedro de Macorís y Jarabacoa. La solicitud de prisión preventiva por 18 meses para los imputados fue objetada por la defensa y la audiencia fue aplazada para el jueves 25 de septiembre.
“Estamos en la búsqueda de algunas personas que faltan de la estructura. Invitamos a los que faltan, quienes saben que los estamos buscando a que se entreguen, porque no vamos a cesar hasta que la estructura completa esté sometida”.
Rosalba Ramos
Fiscal
Para las autoridades, este no es un simple caso de piratería digital, sino un esquema organizado que convirtió el contenido protegido en un negocio ilícito de escala millonaria.