I.- Un sistema que engendra oprimidos
1.- Un sistema social, que de la explotación saca su potencial para preñar a la sociedad humana, engendra explotados que nacen convertidos en sus adversarios.
2.- En esa masa de descendientes sistémicos, está la clase obrera y, junto a ella, una multitud de pobres, un montón de desclasados, entre los que se encuentra un sinnúmero que padece de taras físicas o psíquicas.
3.- El orden económico y social vigente en nuestro país, parió a la minoría que mantiene olvidada a la mayoría del pueblo dominicano.
4.- Esa gran cantidad de marginados sociales, hijos directos del sistema que hizo posible su llegada al mundo terrenal, para venir a sufrir en lo material y espiritual, son los llamados a crear un modelo económico nuevo que les permita existir dignamente.
5.- No hay que ser un sabihondo, para saber que menesterosos, drogadictos, prostitutas, narcotraficantes, corrompidos, degenerados y demás estropeados que habitan en nuestro país, no han nacido para ser tarados.
6.- Las clases sociales ya señaladas, son expresiones de la sociedad dominicana que tiene organizado el orden social bajo el cual estamos viviendo, y quienes no estemos de acuerdo con que el país siga desarrollando subproductos sociales, debemos oponernos al sistema que los ha engendrado.
7.- En el ambiente dominicano, muchos grupos humanos forman parte de la sociedad, pero desconocen su ubicación clasista y la función que han de desempeñar para que llegue el progreso real y efectivamente.
8.- La organización económica y social que rige en el país, por necesidad y conveniencia para la producción de mercancías, concentra en las fábricas a los obreros, y a los demás oprimidos los empuja a vivir en tugurios y barrancones.
9- De todos los expoliados por el sistema, la clase obrera está llamada a cumplir su misión histórica, de liberarse junto a todo el pueblo y, será entonces, cuando la sociedad dominicana alcanzará la plena felicidad.
10.- Aquí, en este país de nuestros amores y sinsabores, algunos desorejados pretenden que mujeres y hombres santifiquen la situación actual, pero lo que procede es que se mantengan resistiendo hasta su triunfo que será, sin discusión alguna, irrebatible.
II.- Un orden social basado en la desigualdad que lastima al ser humano
11.- Una sociedad humana que descansa en la desigualdad de oportunidades, le es imposible tener en su seno semejanza de clases sociales. La diferencia está presente entre quienes disfrutan de todo a su gusto, y aquellos que solo tienen la esperanza de alcanzar, a veces, un pedazo de pan.
12.- Lo que ha parido la sociedad dominicana, son los hijos que el sistema engendró, y muchos de esos descendientes, lamentablemente, han abrazado la cultura de los vicios sociales, siendo sinuosos, farsantes e insinceros.
13.- Las mujeres y los hombres pobres, encuentran en sistemas como el que está dominando aquí, mortificarse, lastimarse y vivir en condiciones de damnificados, mientras un puñado de gente saca amplios beneficios del presupuesto nacional.
14.- La gran mayoría de la población dominicana, tiene más que justos motivos para mantenerse desilusionada y la pérdida de ilusión le viene porque la desigualdad genera, además de divergencia, desencanto y estado de frustración.
15.- La disparidad, la desemejanza que existe entre el pequeño grupo que aquí todo lo tiene, y el pueblo en general golpeado por las necesidades, marca la normal indignación popular.
16.- Comer, habitar, educarse y curarse con suma dificultad, solo ocurre en una sociedad cimentada en un orden que tiene su origen en la heterogeneidad de clases sociales, en la diferencia entre los grupitos que gozan de abundancia y el pueblo que padece pobreza.
17.- No resulta nada difícil establecer la naturaleza del sistema que manda aquí, caracterizado porque oprime y asfixia a los pobres, llevándoles angustia y una vida de abusos y desasosiego.
18.- Por permanecer los humildes del país bajo situación de pobreza, nunca han disfrutado de la felicidad, la prosperidad y el goce real de sus derechos y libertades, prerrogativas que han visto de manera formal, pero no real.
Ideas finales
19.- Un análisis sereno y desapasionado hecho por las grandes mayorías nacionales, las lleva al convencimiento de que deben rechazar el actual sistema, porque las ha condenado a una existencia deshonrosa, ignominiosa, nada digna ni honrosa.
20.- La realidad, la verdad, le está diciendo a lo que constituye el pueblo dominicano, que no debe continuar arrastrando las condiciones materiales y espirituales que ha padecido y padece, manifestadas en deshumanización, insensibilidad, desigualdad, opresión y ausencia de igualdad de oportunidades.