El ovejo turco

Las señas internacionales de afirmación o negación, en un país que yo conocí viajando junto a Ángel Hache, José Manuel Rodríguez y Rafuchi Cuello (+), todos estudiábamos en ese momento en Europa y planificamos un viaje junto a un amigo argentino que había hecho un recorrido similar al que intentábamos hacer, fue quizás, una delas mejores y ricas experiencias que he tenido en mi vida.

Durante casi dos meses desde Madrid hasta Rumania pasando por Checoeslovaquia y regresando a Madrid de nuevo, visitamos alrededor de 18 países, yo había comprado un carro del año Fiat y ese fue nuestro tren para caminar todas estas naciones.

Costumbres distintas, historias distintas, bellezas y músicas diversas. Entrando a un país que hace frontera con Turquía en el cual la noche anterior nos habíamos dado una hartura de ovejo, ya en el país limítrofe, Bulgaria, nos encontramos con la filmación de una película en el mar muerto, cientos de actores con vestuario militar de la época de los barbaros, desde la altura pudimos ver la filmación, seguimos por la carretera y el ovejo comenzó a hacer efecto, Ángel Hache entró raudo y veloz a una estación de gasolina en donde salía del mismo una persona de unos 50 años que le dijo una sola palabra ¡Kaputt! (palabra alemana que significa roto, romper, desbaratar) que mejor descripción le pudo dar de ese lugar, con el piso todo destruido y boyando lo que ya ustedes se imaginan, con los ojazos abiertos no tuvo más remedio que resolver su dolor a pesar de la cantidad de flotantes que habían en ese lugar.

Más adelante fuimos cayendo uno a uno a resolver nuestro dolor y yo que ya había pasado por lo mismo en el templo de Atenas en el foro romano, me refugie detrás de un matorral sin darme cuenta que se podía ver todo de la carretera.  Los muchachos se reían y hacían señas desde la carretera y se juntaron como 20 personas viendo este deprimente espectáculo muertos de risa.

Bromeábamos y seguíamos caminando, le preguntamos a un nacional si la carretera que cursábamos era la correcta y nos hizo la seña internacional Nema (señalando positivamente con su cabeza), a la media hora nos dimos cuenta que el camino no tenía salida, maldecimos al búlgaro que nos había orientado y nos dispusimos a comer en un comedor público de la clase obrera, como el menú estaba en francés también le pedimos cuatro piezas de pollo y el hombre seguía afirmando que sí, ya incomodos que no nos traía nada, nos recordamos que el amigo argentino nos dijo que Nema asintiendo con la cabeza que sí, pero significa que no.

Nota: Como dato curioso el viaje nos salió a cada uno a 250 dólares, el dólar y el peso estaban prácticamente a la par y el viaje fue en camping avituallados por una mesita de 4 sillitas y de bebidas compradas en el principado de andorra, Puerto Libre y con estufita para ello.

Le había vendido a un padre mi Fiat 1100 en 1,700 y compre otro Fiat 125 nuevo por 2100 dólares. Gozamos, conocimos y hasta engordamos. Así eran las cosas ayer…..