Palabras de la Dra. Lillian Fondeur en el acto de reconocimiento a los egresados de INTEC.
Yo creo en un país que cada día se levante con una nueva sonrisa y una nueva esperanza.
Yo, que manejo día a día el dolor de la gente, el dolor de las mujeres, quiero decir que creo en un país donde se respete la vida humana, incluyendo la de los grupos más vulnerables.
Creo en un país en el que salvar una vida no sea un delito y donde incumplir el Séptimo Mandamiento sí lo sea.
Creo en un país donde no haya una sola niña o niño sin escuela, un país donde los profesionales no sean exiliados por necesidad.
Creo en un país donde todos y todas seamos iguales ante la ley, desde la barrendera del ayuntamiento hasta el más encumbrado de sus ministros.
Creo en un país que entienda a sus jóvenes, los apoye y vaya con ellos a los territorios de su irreverencia.
Creo en un país que no se oculte de sus miserias y sienta orgullo por el bienestar de su población.
Creo en un país donde el progreso sea real, no un discurso estéril.
Creo en un país cuyos sueños sean del tamaño de sus aspiraciones.
Creo en un país en el que las noches no le roben la luz al día.
Creo en un país que no se avergüence de mirar al sol.
Creo en un país sin sus ilusiones rotas, y sin la esperanza negociada por las élites.
Creo en un país que reciba el futuro con un ramillete de cayenas en las manos.
Creo en un país donde los dioses, si es que los hubiera, estén siempre en su lugar.
Este es el país que tenemos pendiente construir, el país por el que tenemos que luchar.