Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco afirmó hoy que el próximo Jubileo previsto para 2025 «puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente», en su carta dirigida al presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, que se ocupa de la organización.
El Jubileo ordinario, los que se celebran en Roma cada 25 años, y que tendrá como lema «Peregrinos de la Esperanza», será el segundo en el pontificado del papa Francisco, después del extraordinario dedicado a «la Misericordia» de 2015 que instituyó el pontífice argentino.
En su misiva, publicada hoy, el papa recuerda que el Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia.
Y señala su importancia ya que «en los dos últimos años no ha habido país que no haya sido afectado por la inesperada epidemia que, además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, ha cambiado también nuestro estilo de vida».
«Confiamos plenamente en que la epidemia pueda ser superada y el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social. Esto será más fácil de alcanzar en la medida en que se actúe de forma solidaria, para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios», añade en su carta.
Por ello, el papa invita a «mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras».
«Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna. Pienso especialmente en los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras», agrega.
El papa indica que la «bula de convocación», que será publicada en su momento, contendrá las indicaciones necesarias para la celebración del Jubileo de 2025, pero deseó «que 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran sinfonía de oración» para «agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación».
El Jubileo es un año especial de gracia, en el que la Iglesia católica ofrece a los fieles la posibilidad de pedir la indulgencia plenaria, es decir, la remisión de los pecados para sí mismos o para los familiares difuntos.
Un Jubileo comienza justo antes de la Navidad cristiana y termina con la Epifanía (6 de enero) del año siguiente y entre los ritos más significativos está la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro y del resto de basílicas mayores de Roma.
El Gobierno italiano nombró recientemente comisario del Jubileo al alcalde de la ciudad, Roberto Gualtieri, que deberá coordinar la organización y seguridad del evento que tradicionalmente convoca a millones de peregrinos de todo el mundo.
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