REDACCIÓN.- El papa Francisco presidió la misa de la vigilia de Pascua en la Basílica de San Pedro, en la que denunció los «gélidos vientos de la guerra» y otras injusticias.
El Sumo Pontífice, de 86 años, no participó de una procesión al aire libre el viernes por la noche debido a las temperaturas inusualmente frías en Roma. Sus médicos le recomendaron prudencia tras ser hospitalizado la semana pasada por una bronquitis.
El Santo Padre parecía estar bien durante el servicio de la Vigilia Pascual, durante el cual bautizó a ocho adultos convertidos al catolicismo.
Tras comenzar el servicio en la parte trasera de la iglesia con el tradicional encendido de un gran cirio pascual, fue trasladado en silla de ruedas a la parte delantera para presidir la misa.
La Pascua es el día más importante del calendario litúrgico cristiano porque conmemora el día en que, según la Biblia, Jesús resucitó de entre los muertos.
En su homilía, leída ante unas 8.000 personas en la iglesia más grande de la cristiandad, Francisco habló de la amargura, la consternación y la desilusión que muchos sienten hoy.
«Podemos sentirnos impotentes y desanimados ante el poder del mal, los conflictos que desgarran las relaciones, las actitudes de cálculo e indiferencia que parecen prevalecer en la sociedad, el cáncer de la corrupción, la propagación de la injusticia, los gélidos vientos de la guerra», dijo.
El Papa ha pedido el fin de todas las guerras, y desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, se ha referido repetidamente a Ucrania y a su pueblo como «mártires».
Al leer su homilía con voz fuerte y segura, Francisco dijo que incluso cuando la gente siente que el manantial de la esperanza se ha secado, es importante no congelarse en un sentimiento de derrota, sino buscar una «resurrección interior» con la ayuda de Dios.
El Sumo Pontífice concluye las celebraciones de Semana Santa el domingo presidiendo la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro y pronunciando su bendición y mensaje «Urbi et Orbi» (a la ciudad y al mundo) desde el balcón central externo de la Basílica de San Pedro.