El papa pide a los cardenales huir de la tentación de sentirse "a la altura"

Francisco volvió a presidir la ceremonia desde un lado del altar, mientras que ofició la misa el cardenal Giovanni Battista Re, debido a los problemas de rodilla del pontífice que le impiden estar mucho tiempo en pie.

Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco pidió hoy a los cardenales que huyan de la tentación de sentirse «a la altura» y seguros de que «hoy la Iglesia es grande y es sólida», en la homilía de la misa con la que concluyó este consistorio inédito en el que se nombró a nuevos 20 purpurados y también se celebró una reunión con casi 200 miembros del colegio cardenalicio llegados hasta Roma.

El pontífice, que suele aprovechar estas homilías para recordar a los cardenales que deben ser humildes, reiteró su mensaje al pedirles que no se sientan «a la altura» confundidos al ser llamados «eminencias», el término con el que se les llama a los purpurados.

A los cardenales les pidió que conserven siempre ese «estupor» de haber conocido la fe.

«Hermanos, este estupor es una vía de salvación. Que Dios lo conserve siempre vivo en nosotros, porque eso nos libera de la tentación de sentirnos a la altura, de sentirnos eminencias, de alimentar la falsa seguridad de que la situación actual es en realidad distinta a la de aquellos comienzos, y de que hoy la Iglesia es grande, es sólida»

Y de creer, les advirtió: «Que nosotros estamos colocados en los grados eminentes de su jerarquía».

Francisco volvió a presidir la ceremonia desde un lado del altar, mientras que ofició la misa el cardenal Giovanni Battista Re, debido a los problemas de rodilla del pontífice que le impiden estar mucho tiempo en pie.

A los cardenales también recordó que «un ministro de la Iglesia es alguien que sabe maravillarse ante el designio de Dios y con este espíritu ama apasionadamente a la Iglesia, pronto para servir en su misión dónde y cómo quiera el Espíritu Santo».

DOS DÍAS DE REUNIONES DE «UNIDAD CON EL PAPA»

Con esta misa concluyó los dos días de reuniones que mantuvieron con el papa los nuevos cardenales y el resto del colegio cardenalicio para analizar la Constitución «Predicate Evangelium», que renueva y reordena la Curia vaticana, todo el aparato administrativo de la Santa Sede, y que es la gran reforma de Francisco en estos nueve años de pontificado.

Pero además sirvió para que se conociesen los nuevos purpurados, pues el papa Francisco ha creado a 83 de los actuales 132 cardenales electores -aquellos con menos de 80 años que podrán participar en el cónclave- lo que supone el 63 % de los que entrarán en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo pontífice, y muchos de ellos no se habían nunca conocido.

“El trabajo en grupos lingüísticos y las discusiones en el aula dieron paso a discutir libremente muchos aspectos relacionados con el Documento y la vida de la Iglesia , mientras que la última sesión de esta tarde estuvo dedicada al Jubileo de la Esperanza 2025″, fue el escueto comunicado de la reunión por parte del Vaticano.

La nueva Constitución, que cambia totalmente el organigrama de la Curia romana -la administración de la Iglesia-, entró en vigor el 5 de junio y sustituye a la «Pastor Bonus», promulgada por Juan Pablo II en 1988, y da una dirección «más misionera» y abre a la puerta a una mayor presencia de laicos y mujeres.

Prueba de ello es la creación del gran dicasterio (ministerio) para la Evangelización, en el que se engloba la Congregación para la Evangelización de los pueblos y el Pontificio consejo para la nueva evangelización.

Según explicaron algunos cardenales a la salida de las sesiones de trabajo, que fueron a puerta cerrada, se respiró «unidad con el papa» y «aprobación de sus reformas», que incluso fueron certificadas con un fuerte aplauso final.

“Me conmovió el ambiente de paz, la sinodalidad, el clima de diálogo, el deseo de avanzar y no retroceder, de colaborar juntos a pesar de las diferencias”, explicó a los periodistas Walter Kasper, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.

“En lo que a mí respecta, he insistido en la reforma económica y financiera, en la que se han dado grandes pasos. Es una buena señal . El balance general: «a pesar de las diferencias de situaciones entre los distintos países, hay un enriquecimiento mutuo», señaló por su parte el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena.

El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Michael Czerny, aseguró que “la novedad fue poner sobre la mesa cosas que no son nuevas pero que representan retos y dificultades, por ejemplo la transparencia financiera. Retos para todos, entre otras cosas, incluso con ritmos y experiencias diferentes”.