Madrid– Una legalización integral del cannabis, tanto para uso terapéutico como recreativo, fue rechazada este martes en el Parlamento español.
El partido socialista PSOE, que integra en España el Gobierno de coalición con la formación de izquierda Unidas Podemos, fue uno de los que votó en contra, junto con parte de la oposición de derechas.
Su socio en el Ejecutivo apoyó la iniciativa junto a otras fuerzas de izquierda o formaciones como los liberales de Ciudadanos, en su votación en el Congreso o Cámara baja del Parlamento español.
La propuesta para regular el cannabis la presentó el partido independentista catalán Esquerra Republicana de Cataluña, con el objetivo de reducir su consumo, aumentar su control y acabar con las mafias que trafican con esta sustancia, pues el tráfico de marihuana es la tercera actividad criminal en España por detrás del hachís y la cocaína.
Además de acabar con la inseguridad jurídica de asociaciones cannábicas, lograr una tributación de las actividades asociadas y reducir la economía sumergida.
Por su parte, los socialistas diferenciaron el cannabis de uso medicinal del recreativo y argumentaron que solo el 33 por ciento de la población española está a favor de una regulación integral, frente al 73 por ciento que está por endurecer las penas.
El Congreso español ya rechazó hace año y medio una iniciativa similar, entonces de la formación de izquierda Más País.
En cambio, el año pasado dio un primer paso para legalizar el uso medicinal para determinadas enfermedades como el cáncer, con receta médica y de venta solo en farmacias, aunque su regulación aún no se han puesto en marcha.
La legislación sobre el cannabis en España varía según las regiones, pero de forma general su cultivo está autorizado principalmente para uso industrial y en determinadas condiciones, su tenencia solo es legal para consumo personal y en pequeñas cantidades, pero no en espacios públicos, y está penado el tráfico de esta sustancia con multas y cárcel.
El uso tanto recreativo como medicinal de la marihuana está despenalizado en distinto grado en diferentes países, principalmente de América y Europa.