Santo Domingo.- La generación de dominicanos más jóvenes no tiene idea de cómo se han reducido los accidentes vinculados a fuegos artificiales en los últimos años en la República Dominicana.
Antes de la aplicación de la Ley 340-09 sobre Control y la Regulación de los Productos Pirotécnicos, los fuegos artificiales mutilaron cientos de menores de edad en hechos vinculados al uso, y mataron a decenas de personas, además de provocar daños a propiedades por explosiones de almacenes y fábricas clandestinas de fuegos artificiales.
El observatorio de quemaduras mundial denominado Quemados.com revela que en la República Dominicana, el 26% de los incidentes por quemaduras son por electricidad, seguido por líquidos inflamables (22%) o explosión del cilindro de gas propano (25%).
El 27% restante corresponde a incidencias variadas, entre ellas víctimas de incendios habitacionales, quemaduras químicas por «Ácido del Diablo», otros tipos de quemaduras químicas, escaldaduras (raras en adultos) por frío debido a descompresión brusca de gases comprimidos como el hidrógeno o el GLP. Estas determinantes se agrupan en un subgrupo general por ser esporádicas y determinantes de quemaduras epidemiológicamente no significativas.
Y sin embargo, los fuegos artificiales no figuran en ninguna de las categorías de incidentes, todo esto a pesar de que el 40% de todas las quemaduras corresponden a las edades menores de 14 años, mientras que a los adultos corresponden el 60% restante. Dos tercios de todas las quemaduras ocurren en el hogar y la mayoría involucra a adultos jóvenes y niños, los adultos jóvenes.
Las estadísticas muestran que la incidencia de las quemaduras por fuegos artificiales en la República Dominicana ha bajado a niveles irrelevantes en términos estadísticos en los últimos años.
La tragedia de Salcedo
Y sin embargo, la tarde del domingo, la históricamente pacífica y unida comunidad de Salcedo, en la provincia Hermanas Mirabal, vivió uno de sus hechos más terribles en la historia cuando una carga de fuegos pirotécnicos se disparó, por causas todavía no determinadas, dentro de un lugar donde había menores de edad vestidos de máscaras carnavalescas, principalmente elaboradas con papel y pegamento.
Entre las víctimas, tres menores de quince años y uno de 16 años fueron llevados al hospital Robert Reid Cabral en Santo Domingo.
Seis menores fueron trasladados al hospital Arturo Grullón en Santiago. Entre ellos, uno de cinco años, dos de ocho años, uno de 13 y otro menor a quien no se le identificó la edad.
Henry Rosario, de 52 años, fue referido al Ney Arias Lora; y Marlin Brito y Yissel Infante están hospitalizados en el Centro Médico Materno Infantil de Salcedo.
Otras cuatro personas fueron atendidas y no hospitalizadas. Ellos son Patricia Ovalles, Rosa Infante, José el Haitiano y una mujer no identificada.
“No tenían permiso”
Las autoridades del carnaval y la alcaldesa María Mercedes Ortíz, aseguran que no tenían conocimiento de que había fuegos artificiales en el evento y que, por tanto, «no había ningún tipo de permiso y no estaba contemplado el uso del tema de los fuegos artificiales», afirmó la ejecutiva municipal.
Ya esto es un indicio de que los fuegos artificiales se manejaron de manera irregular, ya que el departamento de bomberos, que es una dependencia de las alcaldías, debe estar informado de su uso. En tanto que la Ley 340-09 otorga al Ministerio de Interior y Policía la potestad única e intransferible para realizar el registro y otorgar los permisos correspondientes a las empresas de productos pirotécnicos.
En caso de exhibición de fuegos artificiales, estas deben realizarse en un radio de acción que garantice seguridad a cualquier edificación o vía pública, bancos energéticos, líneas telefónicas, postes de alumbrados, centros hospitalarios, centros educativos, templos religiosos, reservorios de combustibles y agua potable, lugares históricos, zonas industriales y almacenes.
Además de que los requisitos para las demostraciones pirotécnicas en público, las empresas autorizadas deben cumplir con un permiso de operación del Ministerio de Interior y Policía; una habilitación del Ministerio de Medio Ambiente y del Cuerpo de Bomberos de la alcaldía donde operará.
La empresa responsable del espectáculo pirotécnico debe proveer una póliza de responsabilidad civil, determinada por Interior y Policía, cuyo monto establecido debe estar en el reglamento de aplicación de la ley con la finalidad de amparar posibles prejuicios y daños a terceros.
La flexibilización de la ley
A pesar de toda la rigurosidad que envuelve a la ley para el Control y la Regulación de los productos pirotécnicos, cada vez es más frecuente el uso de fuegos artificiales en las fiestas navideñas y año nuevo y no precisamente en los sectores más pobres del país.
Para ver cómo vuelven a pulular los fuegos artificiales, solo hay que pasearse en las fiestas navideñas por sectores como Piantini, Naco, la avenida Enriquillo y la Anacaona, para ver cómo desde las torres más elevadas se disparan fuegos artificiales.
También en zonas de clase media como Galá, los Jardines, Arroyo Hondo Viejo. En Santo Domingo Este es común verlos en Alma Rosa y el Ensanche Ozama durante las fiestas navideñas.
Cabe la posibilidad de que en muchos de estos hogares el uso de los fuegos artificiales sea regulado y controlado por un profesional. Pero no queda claro que así sea y es posible que una aplicación más laxa de la ley permita la ocurrencia de sucesos como el del pasado domingo.