LA HABANA, Cuba.- El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, regaló al líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, una colección de canciones representativas de la isla caribeña interpretadas por reconocidos artistas como Carlos Puebla o el cantautor Silvio Rodríguez.
Kim recibió en Pyongyang la colección inédita «Canciones de Patria», que consta de cinco CD con temas de cantantes, trovadores y músicos cubanos de varias generaciones, informaron este miércoles medios estatales de La Habana.
Además de los intérpretes mencionados, la colección también incluye a Joseíto Fernández, autor de la famosa Guajira Guantanamera; Eduardo Saborit, conocido entre otras por la canción Cuba qué linda es Cuba; y Celina González, considerada la reina de la música campesina cubana.
Ilustran la portada de cada uno de los discos los símbolos nacionales de Cuba: el pájaro tocororo, el árbol de palma real, la mariposa, y el escudo y la bandera del país caribeño.
Díaz-Canel, que en abril del año pasado reemplazó a Raúl Castro como jefe de Estado de Cuba, mantiene una fluida relación con Kim Jong-un, tercer dirigente de la dinastía Kim que heredó el poder en diciembre de 2011 tras la muerte de su padre, el dictador Kim Jong-il.
El pasado noviembre el presidente cubano visitó Pyongyang, donde recibió una cálida acogida -Kim y su esposa, Ri Sol-ju, incluso acudieron al aeropuerto a recibirle- y protagonizó un encuentro bilateral con su homólogo norcoreano en el que ambos acordaron estrechar aún más los vínculos bilaterales.
También expresaron su apoyo y solidaridad recíproca e intercambiaron puntos de vista sobre temas de interés común y sobre la situación internacional, según informaron entonces los medios norcoreanos.
Corea del Norte y Cuba, sobrevivientes del bloque comunista tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, han mantenido buenas y cercanas relaciones desde que entablaron lazos diplomáticos por primera vez en 1960, un año después de la Revolución que llevó a Fidel Castro al poder en 1959.
Sin embargo, los intercambios bilaterales son limitados debido en parte a la lejanía geográfica y a las dificultades económicas que sufren ambos países desde las graves crisis que los asolaron en los años 90 tras la caída de la URSS.
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