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Batalla Electoral 2024

El PRSC y la adicción al Estado

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Rosario Espinal

Perder lo más por lo menos es una expresión que bien le cabe al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Después de la muerte de Joaquín Balaguer en el año 2002, los reformistas no han podido asegurar un triunfo electoral.

Incapaces de aglutinarse en base a un sistema institucional partidario, y carentes de un líder con potencial presidencial, los reformistas se han desperdigado.

La mayoría pasó al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no por identificación ideológica, sino por ser el partido gobernante, y por ende, con posibilidades de incorporar los reformistas a las nóminas del Estado.

Como partido caudillista, era de esperarse que el PRSC pasara por un período difícil después de la muerte de Balaguer. Lo que no era tan fácilmente predecible era la inmensa capacidad de transacción con el mejor postor que mostrarían sus dirigentes y activistas. De ahí el colapso electoral.

Balaguer trilló el camino hacia el PLD con el Frente Patriótico de 1996. Luego en el 2000 quiso halar soga para reagrupar sus fuerzas, pero el reloj biológico y la precaria gestión del PRD llevaron a muchos reformistas a unir fuerzas con el peledeísmo en las elecciones de 2004 y 2008.

La supuesta reunificación del PRSC a fines de 2008 fue un evento curioso.

El partido estaba moribundo y de repente aparecieron los reformistas-funcionarios peledeísta a impulsar la unificación.

¿En qué se sustentó esta reunificación? No había renovación ideológica que los reagrupara, no había un líder que inyectara fuerte entusiasmo electoral, las arcas del partido tocaban fondo, y los reformistas-funcionarios peledeístas no habían renunciado a sus cargos ni habían sido cancelados.

La supuesta reunificación ha sido la estrategia del gobierno para que los principales aliados de Leonel Fernández capturaran la dirección del PRSC, que después de la derrota de Amable Aristy Castro en 2008 había quedado muy debilitada.

Para el PLD, la incapacidad de la dirigencia reformista para encaminar el PRSC hacia una victoria electoral ha sido tabla de salvación. En su condición de partido minoritario hasta 1990, el PLD necesitaba votantes del PRD o del PRSC para crecer.

En 1990, muchos votos del PLD provinieron del PRD. Pero a partir de 1996, la avalancha provino del PRSC.

Sin duda, los reformistas quisieran encontrar su propio líder que los unifique, que concite apoyo electoral, y los lleve de nuevo al poder como en los tiempos de Balaguer. Pero ante las carencias actuales, no hay reunificación posible del PRSC sin el aval del presidente Fernández.

Por ejemplo, si en el PRSC hubiese un proceso real de reunificación, el gobierno cancelaría a los reformistas-funcionarios porque al PLD no le conviene enfrentar dos partidos fuertes en la oposición.

¿Por qué no los cancela?

Porque los dirigentes del PLD no están interesados en dar cobija a los dirigentes reformistas en su estructura partidaria.

Porque un PRSC pequeño, donde los reformistas-funcionarios tengan gran incidencia en la dirección del partido, facilita que el PLD pueda utilizarlo para fines electorales.

Porque para el PLD poder competir eficazmente con el PRD en el 2012, necesitará aliados políticos, y el PRSC es el principal partido minoritario.

Si en vez de desperdigarse, los reformistas hubieran invertido en hacer crecer su partido durante la última década, hoy se perfilarían como segunda opción electoral para el 2012. Pero la adicción a los beneficios estatales, y la incapacidad de operar desde la oposición, los llevó a perder lo más por lo menos.

Actualmente, el PRSC es un partido minúsculo en transacción con el mejor postor, según el interés de quien lo dirija.

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