Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Les voy a contar una historia que llego a mis manos hace unos días y dice: Un profesor entro en el aula y dijo a sus alumnos: Que se prepararan para una prueba. Todos se sentaron en sus pupitres. Entonces el profesor le entrego a cada uno de ellos una hoja y les dijo que la mantuvieran boca abajo.
Después de que todos tuvieron sus hojas pidió que dieran la vuelta a la misma. Para sorpresa de todos no había ninguna pregunta en la hoja, solo había un punto negro en el medio de la hoja, y el profesor les dijo: Ahora todos van a escribir un comentario de que ven ahí en esa hoja que les he entregado la hoja.
Terminado el tiempo que dio, el maestro recogió las hojas y las puso sobre su mesa y fue leyendo una por una. Todas las hojas se referían al punto negro que veían en la hoja. Todos centraron la atención en el punto negro les dijo el profesor: Y porque no centraron su atención en la hoja blanca.
Eso es lo que nos pasa en nuestras vidas: En la vida de cada uno, en la vida de las parejas y de familia, como también en la sociedad en que vivimos.
Tenemos una viga en nuestros ojos y queremos quitar la mota que tiene nuestro hermano.
En el Evangelio de San Mateo, Capitulo 7, Versículo del 1 al 5, Exhorta a quitarnos la viga en los ojos, antes de quitar la mota que tiene el hermano su ojo, por lo tanto debemos sacar la viga de nuestros ojos antes de ver la mota de los demás en sus ojos.
Aquel profesor hizo tomar el hecho frecuente de centrar la atención en la mota que tienen en los ojos los demás, que en la viga que tenemos nosotros, en ver los errores que cometen los demás, que en los nuestros.
Ese es el defecto que nosotros vemos en los demás, y es hora de mirar los defectos que tenemos en nosotros mismos que son muchos, es hora de mirar al interior de nuestras almas y vernos como de verdad somos por dentro antes de ver el error en los demás.
Nosotros no vemos que los demás tienen cualidades, ver el punto negó de la hoja es muy común, y no vemos lo que hace nuestro conyugue por nosotros, los padres no ven las cosas buenas que hacen los hijos, solo ven las malas que ellos hacen sin darse cuenta que la vida tiene dos caras, una parte buena y otra que no es tan buena.
Ojala esta meditación les sirva para verte como eres, lo mismo que a mí me ha servido para reconocer los errores que he cometido a través de mi vida y lo principal es enmendarlos. Recuerda que el Señor perdona nuestros pecados que cometemos porque él nos ama, y quiere lo mejor para nosotros.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.